El Manchester United cumplió ayer el trámite en el domicilio del Hull City (1-3), penúltimo en la tabla de la Premier, y rentabilizó el tropiezo del sábado del Chelsea, que empató en Birmingham (0-0), para poner a tiro el liderato de la competición inglesa, que este fin de semana alcanzó la decimonovena jornada.

El conjunto de Alex Ferguson se ha situado a dos puntos del cuadro del italiano Carlo Ancelotti. Un tropiezo se paga caro este curso. Y la lucha por el título se intensifica también con la presencia del Arsenal, que superó al Aston Villa (3-0) y, con un partido menos que Chelsea y United, acecha también el primer puesto.

Wayne Rooney fue el artífice del triunfo del Manchester. El atacante intervino en los tres goles de su equipo. Firmó el primero en el tiempo añadido de la primera parte, propició el segundo, que se introdujo en su propia meta Dawson para deshacer el empate establecido minutos antes por Craig Fagan, de penalti, y asistió al búlgaro Dimitar Berbatov, que marcó el tercero.

Previamente, el Arsenal había sacado adelante su duelo contra el Aston Villa (3-0). El español Cesc Fábregas firmó una actuación excelsa en la poco menos de media hora que estuvo en el césped del Emirates Stadium, en la que deslumbró con su juego y marcó dos goles antes de lesionarse de nuevo. Reservado de entrada por Arsene Wenger, Cesc saltó al tapiz londinense a los 57 minutos en sustitución de Denilson y desatascó el partido.