El Lucena CF no pudo conseguir su tercer triunfo consecutivo en su feudo, puesto que en el peor partido de la temporada en la Ciudad Deportiva realizó un juego muy deficiente desde el punto de vista técnico que a punto estuvo de costarle caro, pese a que el visitante, el Ceuta, evidenció que llegó a obtener un punto y poco más, de ahí que el empate a uno final fuese justo.

Como atenuante para los pupilos de Alberto Monteagudo puede estar el hecho de que ha sido una semana dura desde el punto de vista físico y mental, al haber disputado tres encuentros ante rivales duros, pero la afición de Lucena se marchó cariacontecida ante el soporífero espectáculo de ambos contendientes, que provocó que los dos porteros fuesen casi convidados de piedra, salvo en los minutos finales, donde se decidió el resultado de 1-1.

En el primer periodo, para simular la gélida tarde, apenas hubo oportunidades de gol en ninguna de las dos porterías. Quizá, sólo cabe destacar al delantero ceutí Javi Gómez, que en el minuto 6 se encontró con un balón en el área pequeña de Toni García, que blocó el esférico sin dificultad, y otra, en el 15, donde se fue de su contrario y trató de marcar en vaselina, pero el portero local despejó con acierto a córner.

Hasta el 17 no apareció el peligro en el área de Rafa Ponzo, gracias a un saque de esquina ejecutado por Montenegro, que cabeceó alto Sarmiento. Posteriormente, Montenegro era el que centraba un balón por la derecha, que no encontró el remate de Abraham, con todo el portal para él.

En el segundo tiempo el juego siguió tedioso, pero ya se vislumbran más ocasiones, producto del cansancio, como la que abortó Toni García cuando le robó un balón claro de gol a Aarón Bueno. Dos minutos más tarde llegaba el 0-1, merced a una falta sacada por Aitor que cabeceó en el segundo palo Raoul Loé.

Menos mal que el Lucena tuvo nuevamente capacidad de reacción, de ahí que la alegría caballa durase tan solo ocho minutos. El empate a uno definitivo llegó tras lanzar una falta Quique que remató a puerta el canterano Pastor, que debutaba, y el defectuoso despeje de Rafa Ponzo fue aprovechado por Chico para marcar un gol que hacía justicia.

El empate espoleó a la afición lucentina, que alentó a su equipo para obtener una victoria, que pudo llegar por medio de David Cabello, al que el árbitro anuló un gol por un más que riguroso fuera de juego.