Reza el refrán que la mejor defensa es un buen ataque. Al Córdoba le pasa todo lo contrario. Su solidez en la retaguardia se está convirtiendo en su arma más letal. Los destructores del juego, esos que no se llevan premios por el virtuosismo que tienen en sus botas, son la piedra filosofal del proyecto de Lucas Alcaraz. Y mira que los cuatro hombres encargados de no permitir al rival de ayer marcar un solo gol era la primera vez que jugaban juntos. Da igual cómo se llamen, qué dorsal tienen o el número de su documento nacional de identidad. No se nota. Gerardo, por sanción, y Lopes, por decisión técnica, no jugaron. Herreros, Gaspar, Agus y Fuentes se encargaron de hacer olvidar esas ausencias. Notables, los dos laterales, y sobresalientes, los centrales -- sin olvidar dos manos salvadoras de Raúl Navas--, dieron el cuarto punto consecutivo al Córdoba.

Si la retaguardia es la que se lleva los elogios tras noventa minutos de juego, el algoritmo resultante implica un nulo bagaje ofensivo. Y es cierto. El Córdoba no existió en labores atacantes. Con solo un disparo en todo el partido, el porcentaje para ganar decae. Y más si no va ni entre los tres palos, como fue el tiro de Asen en el minuto 40 desde fuera del área. Por lo demás, nada de nada. El equipo de Lucas Alcaraz se atrincheró literalmente en su campo. Los avisos del técnico al citar que prácticamente todo el equipo onubense es de Primera División no eran para despistar. Ahogó la creación local. Eso se traduce en esfuerzo físico. Ahí el Córdoba se siente cómodo. Aunque el balón no esté en su poder y tenga la portería rival a más de 70 metros, siempre tiene el chip para hacer daño a la contra listo. Pero volviendo a los números. Lanzar un córner en cada parte es síntoma de que no es tu día a la hora de la elaboración.

En cada parcela el choque fue intenso. Sin ocasiones, sin jugadas trenzadas y aburriendo a un público que viene de ver a su equipo en la máxima competición nacional, parece una quimera decir que lo que sí hubo es ritmo. Pues lo hubo, aunque se concentró siempre en la zona del centro campo. Además, Hevia Obras, el árbitro, dejó jugar --a unos algo más que a otros, pero dejó-- y eso se agradece. En la media, Jorge Luque y Carpintero tuvieron que lidiar con dos jerarcas como Poli y Jesús Vázquez. Los cuatro tuvieron el choque en su poder y dieron una lección táctica a los analistas y ojeadores en el Nuevo Colombino. A Carpintero no se le notó su falta de ritmo, pero Rueda da un anclaje mayor. Además, al ver una amarilla injusta, fue sustituido en la segunda parte, ya que al colegiado no le hubiese hecho falta mucho para asumir protagonismo.

Aunque la línea de medios centró la atención del encuentro, hubo más focos, aunque menos intensos, en el rectángulo de juego. Por segundo partido consecutivo estuvieron cinco cordobeses en el equipo. Esta vez saltaron todos de inicio (Gaspar, Fuentes, Jorge Luque, Javi Flores y Pepe Díaz). Que sientan más o menos la camiseta se puede discutir, pero que imprimen un carácter que en el Córdoba se llevaba mucho tiempo sin ver es palpable. Gaspar estuvo perfecto. Fuentes se ha ganado la confianza de Alcaraz. Jorge Luque es el cerebro blanquiverde. Javi Flores da la clarividencia y Pepe Díaz agota a cualquier central. Y todo esto permite que a un equipo confeccionado con jugadores de calidad solo se pasaran dos sustos.

Uno fue un disparo de Alvaro Antón desde fuera del área a los 26 minutos del choque. El segundo llegó en el minuto 86. Aitor Tornavaca realizó un disparo envenenado tras un centro por la banda derecha. Navas, aunque era el minuto 86, no estaba frío y evitó el gol.

Solamente dos ocasiones ante el Recreativo indica la lectura defensiva que hizo el cuadro blanquiverde. Lleva cuatro partidos consecutivos empatando, pero hay puntos y puntos. Los de Soria ante el Numancia, y Valencia ante el Levante dejaron otro sabor más dulce. En ambos se pudo ganar. El equipo fue ambicioso y a la contra, con jugadores cuyo desorden posicional ofensivo destroza a los rivales, mereció más. Ayer no. Ni mereció ganar, ni tampoco mereció perder. Pero la lectura comienza a ser preocupante. El conservadurismo solo ha dado cuatro puntos de los últimos doce. Cuatro empates seguidos conducen a otro dicho popular: ¿Cómo está la botella, medio llena o medio vacía? La renta lograda al inicio de competición da margen de error. Pero hay que ir con cuidado.

Se nota mucho la ausencia de Juanjo arriba. Asen luchó, corrió y desgastó a los rivales, pero no le llegan balones. Entró Simon al campo faltando media hora de juego. Como es atacante y el partido no permitía excesivas florituras arriba, no se le pudo ver mucho en la primera aparición con mucho tiempo por delante que tuvo.

DESCONCIERTO En ese tramo final, el carrusel de cambios fue lo único que hizo ver un subpartido dentro del partido. Del minuto 70 al 85 el Córdoba se partió en dos. Tenía clara su finalidad; lograr un punto. Pero con Javi Flores, Arteaga, Simon y Asen en el campo, con el cansancio físico, y la no finalización de las jugadas, hizo que el dibujo táctico fuera más parecido a un 4-2-4 que a un 4-4-2. Fueron minutos de desconcierto controlado, porque el Recreativo tampoco tuvo su día a la hora de la elaboración. Fue más ambicioso, pero no dio la sensación de poder llevarse los tres puntos que había en juego.

El Córdoba termina así el año fuera de casa sin saber lo que es ganar aún, sumando un punto que, volviendo a los dichos populares, habrá que hacerlo bueno el próximo sábado en casa ante el Albacete. Lo claro es que para ganar al Córdoba hay que emplear más que calidad y fuerza. Y el fútbol solo se compone de esos dos aspectos. ¿Quién le batirá?

Ficha técnica:

Recreativo: Guaita; Raúl Cámara, Mora, Troest, Poli; Carmona, Emilio Sánchez, Jesús Vázquez, Álvaro Antón (Aitor, min. 73); Pablo Sánchez (Fornaroli, min. 58) y Adrián Colunga ( Barrales, min. 81).

Córdoba: Raúl Navas; Herreros, Gaspar, Fuentes, Agus; Javi Flores (José Vega, min. 92+), Carpintero (Cabrera, min. 69), Jorge Luque, Arteaga; Pepe Díaz (Simon, min. 60) y Asen.

Árbitro: el madrileño Francisco Hevía Obras. Amonestó a los locales Raúl Cámara y Troest y a los visitantes Gaspar, Jorge Luque y Carpintero.

Incidencias: Partido correspondiente a la decimosexta jornada del Campeonato Nacional de Liga de Segunda división disputado en el estadio Nuevo Colombino, con terreno de juego en buenas condiciones y tarde otoñal, ante 11.461 espectadores, de los que un millar aproximadamente eran seguidores blanquiverdes. Antes del encuentro, se celebraron diversos encuentros entre ambas aficiones.