Rudy Fernández empieza a ver con más tranquilidad su futuro en la temporada de la NBA después de someterse en la tarde del martes a una microdisectomía, una mínima intervención quirúrgica para liberarle de la presión de un nervio en la zona lumbar, que le irradiaba fuertes molestias en la pierna derecha. "Lo más importante es que ya no noto ningún dolor en la pierna", comentó ayer feliz en su casa de Portland, donde pasó la noche después de la intervención. Los primeros pronósticos médicos, según fuentes próximas al jugador, indican que Rudy deberá guardar reposo entre dos y tres semanas y que después podría reincorporarse a los entrenamientos.

Su vuelta a las canchas podría producirse en un plazo de cuatro a seis semanas. Después de un mes y medio largo de temporada, el escolta mallorquín, de 24 años, puede respirar tranquilo, ya que los médicos han dado con el problema que le impedía rendir a su nivel habitual en los Portland Trail Blazers y que le ha forzado a causar baja en los tres últimos partidos del equipo.

"Después de evaluar la situación con detalle con mis agentes y los médicos de los Blazers y considerar todas la opciones posibles, buscando diferentes opiniones médicas, se decidió que esta intervención era la mejor opción", explicó el propio jugador en su web.