Un penalti transformado por Balsera (quien erró otro) fue suficiente para que el Pozoblanco volviera a encontrar la senda de la victoria tras seis intentonas. Y es que llevaba ya seis partidos sin anotarse tres puntos de una tacada. Su víctima fue el Marinaleda, en un encuentro marcado por la lluvia y jugado sobre poco más o menos una pista de patinaje.

El Pozoblanco comenzó enchufado y a los diez minutos se puso por delante tras anotar Balsera una pena máxima que vino precedida de una acción del que siempre aparece, Juan Carlos Quero, cuyo centro encontró en su camino las manos de Anaya. Un Quero al que Carrasco se empeña últimamente en colocar en una situación que en Argentina se denomina delantero mentiroso (lo que viene a ser algo así como mediapunta), ubicación donde no despliega su mejor fútbol.

La segunda mitad arrancó con otra buena maniobra de Quero, quien se asoció con Hugo Díaz, al que derribaron dentro del área. Esta vez Balsera pasó de héroe a villano y erró el penalti. Con orden y bajo el diluvio, el Pozoblanco achicó espacios y se limitó a defender un resultado que le viene de fábula. Además, otra buena noticia fue el regreso de Isidro, el cual disputó los últimos diez minutos de encuentro tras su recuperación.