Sin Ibrahimovic ni Messi, el Barça fue fiel nuevamente al concepto futbolístico que diseña Pep Guardiola y firmó la mejor actuación de la temporada para derrotar claramente al Inter de Milán (2-0), lo que vale liderar su grupo en la Champions y prácticamente garantizarse su clasificación para octavos de final.

Dirigidos por un genial Andrés Iniesta, el Barça resolvió el primer partido complicado de la semana con suficiencia. Se ponía en duda la supremacía del tricampeón y los azulgrana respondieron de la mejor manera posible, derrotando sin dudas al Inter de Mourinho.

Ni Ibra ni Messi jugaron un solo minuto y los azulgrana no echaron en falta ni a Zlatan ni a Leo. No echó en falta el equipo azulgrana ni a uno ni a otro, porque jugó de fábula, sobre todo en el primer tiempo, periodo en el que marcó los dos goles. Destacó la medular con Busquets y Xavi, el factor sorpresa fue Iniesta.

Desde el primer minuto supo el equipo de Guardiola a lo que jugaba y lo que se jugaba, y no se asustó. Tuvo la primera en el minuto 3, con un saque de esquina rematado por Piqué; y después en una aproximación de Iniesta que no concretó Xavi.

El Barça tocaba y el Inter corría tras el balón, entre ellos Samuel Eto´o, recibido por una gran ovación por el que su público, pero que apenas tuvo incidencia en el juego. Seguramente el camerunés sintió envidia sana al comprobar que en el otro lado, sí jugaban a fútbol.

En el minuto 10, un saque de esquina botado por Xavi y desviado en el primer palo por Henry permitió a Piqué adelantarse a Motta y batir a Julio Cesar. El 1-0 reforzó la concepción futbolística de los azulgrana, que se sintieron cada vez más cómodos.

Y el Barça siguió a lo suyo. Tocó y tocó, la movía con mucha facilidad. El resumen de su fútbol tuvo su concreción en el 2-0. Una jugada que aúna las virtudes del equipo. Una acción al primer toque entre Iniesta y Xavi, un desmarque de Alves, un centro del brasileño al segundo palo y un remate de Pedro perfecto.

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