Cuando llevaba menos de un mes en Córdoba tuvo que irse para Egipto. Quizá por la escasez de tiempo, desde el interior del vestuario llegaban comentarios de cierta dificultad para adaptarse. Nada que pueda alarmar especialmente, ya que a orillas del Guadalquivir no se ha encontrado con la misma compañía que tenía cuando llegó a Liverpool. Nemeth y Gulacsi también habían firmado con los reds , por lo que la adaptación casi no tuvo que hacerse. Aquí fue diferente. A la profesora de inglés que le puso el club por nueve euros la hora (que paga el Liverpool, of course ) solo le dio tiempo a enseñarle a pronunciar unas palabras de mínima cortesía y otras tantas relacionadas con objetos futbolísticos: "coche", "portería", "balón", "comer", "disparar"... Poco después estaba cogiendo el avión desde Sevilla hacia Budapest, en donde le esperaba su seleccionador para viajar, a los 10 días, a Egipto. A pesar de unas molestias en el cuádriceps fue parte activa en la consecución del tercer puesto del combinado magiar. Su hermano gemelo, aun participando en más de un partido, no fue tan protagonista.

El pasado sábado llegó a la capital húngara con el resto de sus compañeros y con una infección estomacal que le llevó al hospital. No se sabe si su particular virus FIFA lo traía desde Egipto o lo cazó en la celebración del tercer puesto en el Mundial sub 20. Primer equipo europeo (solo superado por Ghana y Brasil) y eliminado por la campeona en semifinales.

El caso es que Javier Bejarano, jefe de los servicios médicos del Córdoba, llamó al jugador tras el partido ante el Nástic y este le comentó que se encontraba en el hospital, con más de 39 grados de fiebre y que creía que en un par de días se encontraría en condiciones de regresar a Córdoba.

Lo más curioso es que el joven húngaro (cumplió 19 años el pasado mes de marzo) quiere volver hasta orillas del Guadalquivir en su propio automóvil, un Jaguar que adquirió cuando fichó por el Liverpool. No vendrá solo. Le acompañará su pareja y su hijo, que cuenta ya con cuatro años. Esperemos que en la carretera no sea tan rápido como parece que es en la vida. Al fin y al cabo, las prisas sobran con el bronce colgado de su cuello a esa edad. Y su particular virus FIFA , con ese metal, parece menos virus.