Con el baile Bosnia se hundió. Su afición ovacionó la brillantez de España y pese a espolear algún contraataque, vio como la goleada pudo ser aún mayor. Despidieron con cerrada ovación a Iniesta cuando fue sustituido.

Silva, Riera y Xabi Alonso, que chutó una falta al larguero, perdonaron. Negredo creó un pase medido que rompió la defensa, para agradecer a su íntimo amigo Mata su ayuda para una rápida integración, y regalarle el quinto gol.

Se despedía el partido cuando Casillas demostró que es humano. Encajó dos tantos seguidos, con disparo ajustado de Dzeko, y otro de Misimovic tras un mal rechace de la defensa. Nada que empañase la inmejorable imagen de una selección que pasa a la historia, bate récords camino de un Mundial al que llega con cartel de favorito.