Tras un verano movido en el que se ha visto jugando en EEUU, Málaga y Madrid, Ricky Rubio parece que cambiará el Olímpic de Badalona por el Palau Blaugrana. El jugador, de 18 años, prefiere seguir viviendo con sus padres en El Masnou y ha rechazado ofertas económicas superiores, como la de la chequera de Florentino Pérez y las que llegan desde Grecia. Joan Creus, secretario técnico azulgrana, llamará hoy a Jordi Villacampa, presidente de la Penya, para empezar a negociar.

"Nosotros solo escuchamos. El camino idóneo es que Ricky decida su preferencia y nosotros nos pusiéramos de acuerdo con el club, porque no tendría sentido que llegásemos a un acuerdo con un equipo al que él no quiera ir", dijo Villacampa. El dirigente del Joventut reconoció que, hasta ayer, con quien más había hablado era con el Madrid y que solo había recibido una presentación de intenciones azulgrana. "Solo me llamaron para decirme que Ricky estaba interesado en el Barça".

La negociación entre ambos clubs no parece sencilla: el presidente verdinegro no piensa regalar a su perla, que tiene una cláusula de rescisión de 5,75 millones, y menos al eterno rival. Pero a las tres partes les interesa una resolución rápida del culebrón, entre otras cosas porque nadie quiere arriesgarse a que una hipotética lesión de Ricky (que se incorpora hoy a la concentración de España para preparar el Europeo de Polonia) pudiera truncar la operación.

Josep Cubells, directivo del básquet azulgrana y secretario de la junta directiva, no ha acompañado al equipo de fútbol en la gira por EEUU y se ha quedado en Barcelona pendiente de las negociaciones de Creus y Villacampa por el base.

La Penya no aceptará la inclusión de jugadores para abaratar el traspaso, al tener la plantilla cerrada.