No me merezco perder este partido", se decía una y otra vez Juan Carlos Ferrero en el quinto set mientras esperaba la bomba de Fernando González. "Y cada vez que lo pensaba me metía un ace", recordaba. Su sufrimiento tuvo premio cuando el tenista chileno cerró el partido con una doble falta después de una tremenda batalla a cinco sets. Ferrero aprovechó de la mejor forma la invitación de la organización de Wimbledon. El exnúmero uno del mundo estaba clasificado en el puesto 115 por lo que no hubiese podido jugar el torneo. Ayer demostró a quienes confiaron en él que no se habían equivocado y se ganó una plaza entre los 16 mejores al ganar a González (número 10 del mundo) por 4-6, 7-5, 6-4, 4-6 y 6-4. Ferrero se coló por tercera vez en su carrera en la gran semana de Wimbledon y el lunes se enfrentará por una plaza en cuartos de final al francés Gilles Simon. Ferrero se ganó el honor en un partido luchado de poder a poder contra Mano de Piedra González. Un bombardero, no solo desde la línea de saque desde la que logró 24 aces sino con su poderosa derecha con la que apuntó 32 winners. Fue un pulso excepcional. Ferrero recordó a aquel jugador que en el 2003 alcanzó la cima. Rápido de piernas. Valiente con el resto y dispuesto a luchar por cada bola. "Esto es gracias a que físicamente estoy muy bien ahora", valoraba orgulloso. González topó con un muro que le devolvía todos sus ataques. El pulso fue brutal. Ninguno cedía y cuando lo hacía perdía el set. Le sucedió a Ferrero en el primero cuando perdió su saque en una única ocasión en el quinto juego. Le pasó después a González cuando cedió el suyo en las dos siguientes mangas en el 12º del segundo y el 10º del tercero. Repitió Ferrero en el cuarto al perder el primer juego pero fue finalmente González en el quinto quien cedió el suyo en el último juego, con esa doble falta fatídica.

No tuvo la misma convicción David Ferrer que, también después de un maratoniano partido a cinco sets, y tras remontar dos, se quedó en el camino al perder con el checo Radek Stepanek por 7-5, 7-5, 3-6, 4-6 y 6-4. "Me ha presionado muy bien y me ha llevado al límite con su saque", se justificaba. Pero lo cierto es que a Ferrer le faltó convicción en los momentos importantes, sobre todo al inicio cuando Stepanek con 6-5 y saque (15-0) se lesionó en la rodilla. "Oí un clic y ni saqué. Me asusté y pensé en lo peor", decía el checo, que fue atendido en la pista durante más de siete minutos, antes de volver para salvar dos bolas de break y ganar el set medio cojo. Ferrer desaprovechó una ventaja de 3-0 en el segundo y tras igualar a dos acabó rindiéndose en el quinto y sin sacar su mejor virtud, la agresividad.

Una agresividad que le sobró a Venus Williams para acabar con las ilusiones de Carla Suárez en Wimbledon. La tenista canaria, que había dado la sorpresa en enero al eliminarla en octavos de final en Australia, ayer se encontró con una rival escocida en su orgullo y que quería tomarse la revancha. No le dio opción. "Esta vez quería que corriese ella y no yo", explicó. Y lo logró. La pentacampeona de Wimbledon ganó los ocho primeros juegos sin que Suárez pudiera ni respirar. "Al principio ha jugado impecable, sin un fallo", decía la joven tenista canaria, que logró ganar su primer juego después de 42 minutos.

VENUS MUY CONCIENCIADA Venus Williams chillaba con fuerza cada vez que golpeaba su derecha y su revés implacable apuntando a las líneas. "Hacía años que no la veíamos jugar tan concentrada", aseguraban en su entorno. Después, cansada por el sobresfuerzo, bajó su ritmo y Carla Suárez pudo entrar en juego para demostrar su talento y llegar al 4-4, antes de perder y despedirse del torneo como minutos antes lo había hecho su compañera Anabel Medina ante la danesa Caroline Wozniacki por 6-2 y 6-2.