Ni final. Ni récord. Ni Brasil. Ni nada. Llegó Estados Unidos, un país donde el fútbol si no es americano no existe, y terminó con la prodigiosa racha de la selección española. No solo le ganó el anónimo equipo norteamericano (0-2) sino que, al mismo tiempo, le privó de disputar el domingo la final de la Copa Confederaciones --hoy se juega el Suráfrica-Brasil-- . Y terminó con un hermoso libro de fútbol que había ido construyendo en los tres últimos años. Si quiere ver a Brasil, tendrá que esperar un año. Y con un Mundial en juego. Pero la Roja, actual campeona de Europa, ya tiene una derrota para aprender. Tal vez, le vaya bien.

Y no por los jugadores. Tampoco por el seleccionador porque Vicente del Bosque, discreto, sigiloso y modesto, no ha ido nunca presumiendo de su infalibilidad. En sus 13 partidos como técnico había conquistado 13 victorias. Ni una sola derrota. Pero apareció Estados Unidos para emborronar ese impecable camino de la selección que la había convertido en una referencia mundial. Lo sigue siendo. Una mala noche la tiene cualquiera. Hasta España. Mala noche porque EEUU no es nadie, o creían que no era nadie, y le marcó a Casillas los mismos goles (dos) que en los 15 últimos partidos juntos. Mala noche porque ni Torres ni Villa estuvieron a la altura de su fama. Mala noche también porque dos defensas (Capdevila en el primer gol estadounidense y un infantil y despistado Sergio Ramos en el segundo) provocaron el inesperado batacazo.

Hacia casi tres años (desde el 15 de noviembre del 2006) que la selección española no perdía un partido. Entonces, fue un amistoso en Cádiz ante Rumanía. Anoche, sin embargo, era un partido oficial de un torneo sin mucho gancho -la Copa Confederaciones-, pero una vez alcanzada la excelencia cualquier desliz sobresale mucho más. Eso le pasa a España. Desde su trono de campeona de Europa, conquistado el pasado verano con un fútbol moderno y cautivador en Viena, es esclava de su grandeza. "Así es el deporte, hoy nos ha tocado perder", dijo ayer un preocupado Del Bosque, consciente de que ese tropiezo ante EEUU tiene mayor valor simbólico que real. Nadie le echará en cara perder ese trofeo pero sí que la selección no supiera hallar un atajo para batir al rival.

EL TOPE DE 35 PARTIDOS Tiene España el récord absoluto de victorias consecutivas (15), pero no se ha quedado sola en la cima de los partidos consecutivos sin perder. Con su derrota ante EEUU, su serie se queda en 35 encuentros, los mismos que firmó Brasil (1993-96). Con su derrota, España ha descubierto, y no tanto por sus jugadores o por su entrenador, sino por el entorno, que las finales solo se juegan en el campo. Cuando quiso darse cuenta la selección de Del Bosque, ya era demasiado tarde. Ahora, a la espera de un intrascendente partido por el tercer y cuarto puesto, llegarán los días en que Villa deba decir si quiere fichar por el Barça y si a Florentino Pérez, que ayer concretó el fichaje de Albiol (Valencia) por quince millones, le queda aún mucho más dinero.