La delegación española, recluida en la ciudad de Bloemfontein, en el centro geográfico del país y a más de cuatrocientos kilómetros al sur de Pretoria, vive aislada de estas consideraciones. Eso no quiere decir que el equipo español no esté en boca de todos. Algo muy diferente, pues, a cuando España no era casi nadie.

La tendencia ha cambiado y España ha pasado, tras el éxito en la última Eurocopa, de ser uno más de los contendientes a batir en cualquier competición, a ser considerado el enemigo a batir en el terreno de juego, aunque no solo sobre el césped. Fue precisamente una cuestión en torno al césped la que motivó las críticas del presidente de la FIFA a la delegación española. "Los españoles son así", afirmó tras conocer que algunos jugadores de España habían cuestionado el estado del terreno de juego de Blomefontein, donde España ganó por 1-0 a Irak.

Por otra, la CBF emitió al principio del torneo un comunicado contra los periodistas italianos y españoles que preguntaban en exceso en las conferencias de prensa sobre cuestiones relativas a los clubes de sus respectivos países.

Kaká, recién fichado por el Real Madrid, era el protagonista y el centro de atención, lo que, según la CBF, provocaba intervenciones "poco respetuosas" para los periodistas de su país, interesados exclusivamente en el rendimiento del equipo nacional brasileño.

Sin embargo, por encima de estas críticas puntuales, la enmienda a la totalidad sobre España en la Copa de las Confederaciones, se ha vinculado a la fortuna en el sorteo de la competición. Mientras brasileños e italianos han lamentado tener que medirse en el mismo grupo y han descubierto el valor del campeón de Africa, Egipto, al enfrentarse a él, las consideraciones sobre la fortuna de España han sido constantes.

Precisamente desde Sudáfrica es desde donde han llegado los principales elogios para la selección española. Los seguidores del fútbol en este país tienen sus ilusiones puestas en el equipo local, los Bafana, bafana, pero tras su selección, es la española la que cuenta con más apoyo.

Si Brasil ha estado acompañada con mucho entusiasmo en alguno de sus entrenamientos por aficionados locales, a España le queda la satisfacción de contar con una gran admiración por su juego.