Se llama suerte al encadenamiento en los sucesos, considerándolos como fortuito o casualidad. Pues la suerte, el fortunio y la casualidad han querido que el Córdoba, que lleva ya tres jornadas sin ganar y jugando de aquella manera , no caiga en los puestos de descenso. Pero como la cualidad más notable de la suerte es que puede ser buena o mala, el equipo blanquiverde debe realizar un examen de conciencia (sobre todo los jugadores) para saber en qué se están equivocando. Porque aunque no se haya caído a la zona de descenso hay que tener claro que es más por deméritos de los rivales, que están empeñados en pulular permanentemente por detrás del Córdoba, que por las cualidades que están mostrando los blanquiverdes sobre el terreno de juego. Y como el que juega por necesidad (y este club lo suele hacer mucho temporada tras temporada) pierde por obligación, esperemos que los jugadores dejen de comprar boletos y se ganen cuanto antes la permanencia.