Pocas veces en el mundo del fútbol y en la misma temporada un jugador pasa a ser entrenador. Tal vez en el recuerdo más reciente queda el vasco Unai Emery, hoy técnico del Valencia, cuando a falta de pocas jornadas para acabar la liga tomó las riendas del Lorca y logró ascenderlo a Segunda A en la temporada 2004/05.

Ahora, el turno le ha tocado a Alberto Monteagudo, un trotamundos del balompié, que después de 16 años de profesión como futbolista, habiendo debutado en Primera División en el equipo de su tierra, el Albacete, y tras un largo peregrinar por un gran número de equipos en Segunda como Murcia, Recreativo, Xerez, Algeciras y Las Palmas, recaló el verano pasado en Lucena para apurar sus últimos días en activo, con tan mala fortuna de que cayó lesionado a principios de enero en su maltrecha rodilla derecha.

Monteagudo coge las riendas de manera interina. El nuevo técnico del Lucena asegura que "no me esperaba entrenar tan pronto, pero desde hace unas semanas el presidente me había insinuado la posibilidad de contar conmigo si la situación no mejoraba con Gutiérrez. Agradezco su confianza y espero obtener en los últimos ocho encuentros de liga el objetivo de la permanencia. Es una gran responsabilidad, pero estoy seguro de que con la ayuda de todos, sacaremos esto adelante, porque conozco bien a los jugadores y sé que tienen capacidad".