El Labaro Toledo logró amarrar una victoria en su pabellón para, además, arrebatarle el liderato a los cordobeses del Prasa Pozoblanco, en un partido donde las defensas se postularon como las verdaderas protagonistas desde el inicio. Tomaron el papel dominador y el mazo de la justicia deportiva, por el que iban a pasar todos los cambios en el marcador. La muestra: ninguno de los dos equipos logró distanciarse de más de dos goles, ventaja que obtuvieron siempre los toledanos. La barrera que se movía con agilidad en la línea de seis metros no dejaba entrar ni a una hormiga. El brazo en alto de los colegiados avisando de pasivo fue un gesto constante y repetido en casi cada ataque.

En la segunda mitad, el inicio fue muy similar a los 30 minutos anteriores. Aunque la diferencia se estableció en el aumento de intensidad defensiva del Labaro Toledo y en una mayor efectividad de su portero. Fue por ello que el conjunto local pudo aumentar la diferencia hasta los cinco goles (23-18, minuto 18). Aunque el Prasa no iba a dejar escapar el partido tan pronto y lucharía hasta el bocinazo final.

Un gran partido marcado por el nombre propio del portero suplente de Labaro: Ballesteros firmó su mejor tarde.