Raúl Navas se refirió ayer al próximo rival del Córdoba, el Girona de Raúl Agné. "No tiene un nombre, alguien que se pueda decir como una estrella, pero desde que empezó la competición están ahí, sin hacer ruido". El portero recalcaba que "están en una situación muy cómoda y haciendo un buen papel", y señaló al conjunto gerundense como "un bloque, con una base arrastrada de Segunda B, y le está dando resultados". Otro punto a destacar para el gaditano es que el Girona "encaja pocos goles y en su campo es complicado ganarle". Además, recordó el encuentro en El Arcángel, en el que "pese a ganarle 2-0, nos costó abrir el marcador", por lo que vaticinó el duelo del sábado como "de mucha lucha y trabajo en el centro del campo, balones divididos y segundas jugadas". Para ello, Navas reclamó para el equipo "concentración para sacar algo de allí; ya es hora de que el equipo dé un golpe en la mesa porque tenemos 27 puntos y no nos podemos permitir fallar ni siquiera en un partido".

Antes, el arquero blanquiverde analizó el encuentro del pasado domingo ante el Xerez, sobre el que reconoció que "todavía no se me ha quitado de la cabeza". Para Navas, el Córdoba llegó a ese duelo con "confianza", pero ante líder se presentó "un inconveniente tras otro", señalando como definitiva la expulsión de José Vega. Ello obligó al portero cordobesista a hacer un balance arbitral del Córdoba en lo que se lleva de temporada. Para él, hasta ahora, los colegiados han producido "más perjuicio que beneficio" al equipo. "Estamos sufriendo arbitrajes muy en contra; es verdad que a veces tenemos la culpa nosotros, pero nos sacan tarjetas por casi nada".