El Arsenal, sin el ruso Arshavin, vetado por el reglamento, y con el capitán Cesc Fábregas todavía de baja, allanó ayer en el Emirates su camino hacia los cuartos de final de la Liga de Campeones, ante un Roma apocado y vulnerable, que quedó acorralado por los gunners de Arsene Wenger. Ese espíritu de equipo que tanto elogia el técnico francés, el paciente y disciplinado Wenger, dio resultado aunque llegara en forma de penalti. Capitaneada por el italiano Francesco Totti, el Roma vivió siempre momentos de apuro.