Hay algo que protege desde no sé dónde y que saca de la desesperanza a aquellos que lo ven todo perdido. ¿Supervivencia? A veces un simple gesto vale más que mil palabras. Lo han entendido así las peñas, con su renovada marcha blanquiverde; los jugadores, con sus declaraciones conciliadoras de los últimos días. Pero no hay que olvidar que también ponen de su parte los que sustentan económicamente este invento, a fin de cuentas los que pagan y no siempre mandan. Por eso, hay dos guiños a tener en cuenta de la jornada de ayer. Por un lado, el propietario del club, José Romero, está dispuesto, dentro de unos márgenes razonables, a hacer un nuevo esfuerzo para evitar el descenso. Y por otro, Cajasur, a quien no le ha importado compartir su histórico patrocinio en exclusiva con otra empresa, para insuflar aire a un club que aún respira.