En el nombre del máximo accionista ("si se me pide un esfuerzo, este se hará"), Rafael Campanero recibió a lo largo de la tarde de ayer en su domicilio situado en el centro de la ciudad al vicepresidente económico del Córdoba, Fernando Peña; al flamante director deportivo blanquiverde, Javier Zubillaga, y al técnico cordobesista, Juan Luna Eslava. El objetivo de la cita no era otro que el de acondicionar el mencionado esfuerzo económico facilitado por José Romero a las necesidades inmediatas que tiene la primera plantilla blanquiverde, situada actualmente en puestos de descenso a Segunda División B y con carencias llamativas en algunas de sus líneas.

Tanto Zubillaga como Luna Eslava parecen tener claro en qué puestos el Córdoba necesita disponer de nuevos elementos. A la llegada de Javi Casas, los responsables del área deportiva indicaron como prioritarias las llegadas de un centrocampista organizador que acompañe a Santi Carpintero cuando el leonés se recupere y la de un defensa central que, presumiblemente, pueda tener cierta polivalencia para desplazarse a uno de los laterales. En todo caso, los nombres parecen ya elegidos y los acuerdos para que ambos lleguen a la disciplina blanquiverde puede ser cuestión de muy pocos días. Incluso, no se descarta que puedan ser presentados en esta misma semana. Si no es así, a principios de la semana próxima llegarían con seguridad a la disciplina blanquiverde.

La variable del esfuerzo económico se ha reducido. Hubo una probabilidad con la posible salida de Cristian Alvarez al Banfield argentino. Un adiós que a la entidad cordobesista, en el plano económico, le hubiera venido redondo y, por consiguiente, en sus movimientos en el actual mercado invernal. La retirada de la oferta por parte del club sudamericano ha limitado los movimientos a la entidad presidida por Rafael Campanero.

De otras posibles salidas, al menos hasta la semana pasada, nada hay. Hasta la llegada del riojano ningún jugador de la actual plantilla cordobesista (salvo la referida del argentino) había solicitado salir o al menos estudiar esa posibilidad. Por lo tanto, el juego económico se limita a la aportación directa que haga el máximo accionista del club.

Curiosamente, otro punto que se estudia es la llegada de un portero menor de 23 años con la intención de ceder a Fernando López para que el joven arquero pueda disponer de minutos y con vistas a la próxima liga de filiales de la campaña que viene.

Lo que está claro es que los esfuerzos se están midiendo milimétricamente.