En cuatro meses, Pep Guardiola ha cambiado al Barça. Hay un cambio evidente en el campo, con un equipo que no pierde un partido desde el 31 de agosto (1-0 en Soria), capaz de encadenar 10 victorias consecutivas con triunfos de todo tipo. Desde cuatro goleadas en cuatro semanas a dos ajustados 0-1 en 9 días (San Mamés y en Benidorm). Hay, sin embargo, otro cambio. No resulta tan visible ni se detecta fácilmente. Pero el técnico, obsesionado en controlar cualquier detalle que afecte al rendimiento de los jugadores, ha revolucionado el estilo de vida del equipo. Y, al mismo tiempo, se ha encargado de cuidar la imagen externa de los jugadores.

Sobre la hierba, la imagen del Barça es radicalmente distinta. Juega con el mismo estilo de Rijkaard (4-3-3) pero con matices tácticos que lo hacen diferente. Aunque lo que lo hace verdaderamente distinto es el espíritu y la ambición que desprende en cada partido, alejado del aburguesamiento de las dos últimas temporadas.

De puertas adentro del vestuario, los cambios introducidos por Guardiola también son notables. Y en todos los aspectos, porque trascienden cualquier área: desde la parcela médica --se controla, supervisa y dicta la alimentación-- a la técnica y física --hay un trabajo individualizado con los jugadores--, incluyendo también el contacto con los aficionados y la relación diaria con los medios de comunicación.

Aunque no se verá realmente lo que persigue el técnico hasta que no consiga trabajar en la intimidad que le proporcionará la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí. Se está remodelando a toda prisa --habrá un césped idéntico al del Camp Nou-- para acoger al primer equipo dentro de pocas semanas. Allí tendrá todos los elementos que necesita para ajustar esos cambios que ha provocado en la rutina de los jugadores. Todo resulta nuevo. Al equipo azulgrana le pide una serie de obligaciones y, a cambio, le concede también una insólita libertad.

CONTROL ABSOLUTO Mientras Rijkaard dejaba hacer en el día a día del vestuario, Pep Guardiola desea un control absoluto de la situación, informado inmediatamente de cualquier novedad por su amplio equipo de colaboradores, del cual solo quedan cinco que trabajaron con el holandés. El resto, son hombres de la absoluta confianza del nuevo entrenador, implantados en todas las áreas del club. "Cuidan todos los detalles que hace falta tener en un equipo de fútbol", admitió el presidente del club blaugrana, Joan Laporta, el pasado martes tras la reunión de la directiva realizada en Berga.