El Lucena no pudo dar la sorpresa en el Carranza y cayó derrotado en el descuento después de haberle plantado cara al líder de la categoría, el Cádiz. El resultado fue totalmente injusto, ya que el dos a uno llegó, además, en el descuento.

Muy al contrario de lo que se pensaba, el Lucena no salió encerrado atrás, sino que empleó una alineación que le permitía tener bastante presencia en ataque, lo que se dejó notar en los primeros minutos en los que el equipo de Antonio Montero buscó la posesión de la pelota y maniató al Cádiz en el centro del campo.

En los diez primero minutos el Lucena tuvo dos ocasiones de gol, pero no las finalizó. El partido continuó desarrollándose en el centro del campo, donde ambos conjuntos lidiaban en una bonita batalla por el control de la pelota, pero sin que ninguno llegara con claridad a la portería contraria. En el minuto 15 la zaga cadista reclamó penalti por una entrada de Rubén sobre Enrique, que el árbitro, tras consultar a su asistente, señaló libre directo fuera del área.

El Cádiz buscó la falta en las inmediaciones del área contraria para poner en marcha las jugadas de estrategia. Y así fue como una falta a la izquierda del área del Lucena fue botada por Caballero al punto de penalti y Enrique cedió de cabeza para que Mansilla estableciera el uno a cero en el marcador, en el minuto 21 de partido. El gol sentó como un jarro de agua fría en las filas del Lucena, que no creaba ocasiones a pesar de tener el partido bastante controlado en la medular. El Cádiz, por su parte, empezó a mostrar un juego más tranquilo, jugando con la renta del marcador pero sin causar demasiados problemas a la zaga del Lucena, con un Antonio espectacular en el corte. Aunque sí que se llevaron un susto cuando Enrique, en el minuto 38, rompió la marca de Rubén y se internó por la derecha y Toni tuvo que jugarse el tipo ante Toedtli para detener el balón.

Ya en la segunda parte se vio un partido mucho más tranquilo. Fruto de eso llegó la primera ocasión de las botas de Troiteiro, jugador que entró para suplir a un apagado Adriano. El cansancio empezó a hacer mella en los jugadores del Lucena, que bajaron mucho la intensidad, sobre todo defensiva, que venían llevando a lo largo de todo el partido. El Cádiz se hizo con el control de la pelota en el centro del campo y empezó a asediar la meta contraria.

El Lucena solo se acercó a la meta de Casilla en acciones a balón parado y sin que estas supusieran un verdadero peligro.