El Real Madrid cosechó su segunda derrota de la temporada, en la resurrección del Juventus que, con nueve bajas importantes, ganó por 2-1 y amplió la maldición blanca en Turín, el día que pudo prácticamente sellar su pase a octavos de final de la Liga de Campeones.

El Real Madrid se mantiene fiel a su historia. No ganaba en Coruña desde hace diecisiete años. Comenzó la temporada en Riazor y cumplió con la tradición para encajar su primer golpe. En su segundo destino maldito, Turín, donde no gana desde 1962 gracias al gol de Di Stéfano, ofreció la misma imagen de los últimos precedentes.

Salió mordiendo un gigante herido como el Juventus. Inmerso en una crisis de resultados, la necesidad de mejora, le hizo olvidar las bajas importantes con las que acudía al duelo. Con Claudio Ranieri en el alambre, la motivación de sus jugadores comenzó decantando un partido al que el Real Madrid salió dormido. Sin tiempo para asimilar un arrollador inicio, Del Piero rescató su magia para firmar un golazo. Cannavaro perdió su posición, Pepe le tapó, pero nadie cerró el espacio por el que se coló Del Piero para colocar en la escuadra su colocado disparo lejano a pase de Amauri. El Olímpico de Turín estallaba al comprobar que los clásicos europeos no entienden de estados de forma.

El Real Madrid estaba desarbolado. Nedved era un puñal, Amauri estaba en todas, Del Piero ponía la clase y la llegada de Grygera exigía el máximo a la defensa. En ella, Fabio Cannavaro vivía un día especial entre silbidos. Su regreso a casa cumplió con lo que preveía y el antiguo Comunale presionó en cada balón que tocó.

La distancia entre líneas y el perfil de centrocampistas por los que apostó Bernd Schuster, instalaron la desesperación en Raúl y Van Nistelrooy. Perdidos entre balones largos, el balance ofensivo blanco se limitó a los disparos de Rafael Van der Vaart.

El primer intento rozó el larguero (m.11) y restó presión en el mal inicio. Los minutos daban el dominio, pero sin Guti en la construcción, y con De la Red en el banquillo, faltó control. La conexión holandesa de Sneijder y Van der Vaart ofrecía lucha pero no toque. Higuaín se perdía entre carreras de poco sentido.

No se cansó de intentarlo Van Der Vaart, curiosamente con disparos con su pierna derecha, que no superaron a Manninger (minutos 19 y 21). Comenzaba a asumir el Madrid el peso, cuando Amauri avisó de su pegada. Su remate a centro de Grygera no encontró puerta y provocó la desesperación de Pepe. La defensa estaba demasiado expuesta. Sin ayudas de los medios.

Tras la primera parte para olvidar, el Real Madrid saltó en la reanudación con el objetivo de cambiar su imagen, de mostrar su ambición a Europa. Pero, de nuevo, un despiste defensivo lo pagó caro. Un mal despeje de Pepe cogió a la defensa descolocada y Amauri superó a placer a Iker Casillas, ayudado por el rechace en Heinze.

Los recuerdos del pasado se instalaban en el madridismo. Este encuentro ya se había visto en el pasado. En esas ocasiones, cuando el Juventus apeó en las dos últimas eliminatorias al Real Madrid de Europa, los blancos no se levantaron. Esta vez la entrada de Arjen Robben cambió el panorama. El agotamiento físico del Juventus, con jugadores veteranos como Del Piero, Nedved o Salihamidzic desfogados, fue encerrando a su equipo y las ocasiones del Real Madrid comenzaron a sucederse.

No llegó hasta el minuto 54 la primera jugada de equipo culminada con un remate peligroso. Van der Vaart rozó el gol en su testarazo a servicio de Sneijder. Llegaban los mejores momentos del Real Madrid que encadenaba una ocasión cada dos minutos. El palo evitaba el gol de Sneijder, un cabezazo de Robben y un tiro blando de Van Nistelrooy silenciaban el griterío del Olímpico.

Al Juventus no le quedaban fuerzas ni para lanzar contraataques y comenzó a temer por su triunfo cuando Van Nistelrooy remató a gol un centro desde la izquierda de Heinze. Los minutos de asedio español no encontraron premio. Su último intento, un disparo de Robben acabó en las nubes.

La bautizada "mejor defensa de Europa" por Schuster encajó su primera derrota. El Real Madrid ya sabe lo que es perder con Ramos, Pepe, Cannavaro y Heinze, para dejar escapar el liderato de grupo y resucitar al peor Juventus. Recibió una bofetada de realidad en su primer tropiezo en el camino hacia la soñada décima Copa de Europa.