Vuelta a la rutina después del día de descanso. El Córdoba se desplaza de nuevo a la Ciudad Deportiva Rafael Gómez para comenzar la primera de las dos sesiones de entrenamiento previstas. No se ven caras tristes. En todo caso, alguna un poco tensa. Quizá también por la charla del entrenador un rato antes incidiendo, entre otras cosas, en la poca mordiente del equipo.

Santi Carpintero trabaja con el recuperador en un rincón del campo. Las notas positivas las marcan Endika Bordas y Aurelio, integrados plenamente en el grupo. Después de unos rondos, Esaú marca uno de los juegos a lo ancho del campo. Las porterías se dan la espalda.

Al central, al que aún le falta coger confianza, se le ve como desubicado en ocasiones. Pero logra marcar un gol. Minutos después, vuelve a anotar. Arteaga le anima. "Te han metido calidad ahí, ¿eh?", en referencia a su tobillo.

El mismo Arteaga tiene una ocasión de batir a Raúl Navas y no lo duda: chuta con toda la intención, pero sin lograr anotar. Yordi, esperando en una posición con menor ángulo que la del sevillano, se lo recrimina. El goleador quiere coger ritmo y la mejor manera de motivarse para ello, lógicamente, es el gol.

Poco después, el delantero centro recibe un balón en carrera perseguido por José Vega, quien le entra intentando robarle el esférico y... Llega el susto. Después de intentar correr se acerca a José González y Esaú. Llegan Mariano Mansilla y Javier Bejarano. El primero le da un masaje en la zona y le pide que pruebe. Nada. El dolor sigue. El gaditano se desespera y le da una patada a la nevera que hace volar todas las botellas de agua. Bejarano le vuelve a mirar y le aconseja que se retire. Le aplican hielo en la zona. Las caras de todos, mientras tanto, han ido tensándose progresivamente. La entrada de José Vega ha sido una más, no la única. José González, en la banda, observa y calla.