Madrid Cuando Iker Casillas, el capitán de la selección española, levantó la copa de los campeones de Europa en la plaza de Colón de Madrid, se alcanzó el clímax de la jornada de fiesta que se vivió ayer en España. Y en Caracas, Venezuela; y en Viena, donde ´Manolo el del Bombo´ no podía faltar a esta cita con la historia; y en Mallorca, destino de miles de turistas alemanes que tras la derrota de su selección reconocieron con deportividad el brillante juego de la ´roja´; y en Ciudad de México, y, en definitiva, en cada rincón del mundo donde hubo un español para brindar con los colores de su bandera por este gran triunfo del fútbol nacional.