Primero fue Italia, ahora Francia. Holanda ha cumplido con creces en sus dos primeros partidos y ayer se deshizo a lo grande de los bleus (4-1), con lo que se aseguró la primera plaza en un grupo que los otros tres equipos se la jugarán en la última jornada. No fue un fútbol de continuidad, como el ofrecido ante los de Roberto Donadoni, ayer jugaron más a lo práctico y con una pegada brutal, ante un rival de más entidad que los transalpinos, pero con prácticamente el mismo resultado final.

Fue determinante en la suerte del partido la entrada de Arjen Robben. Salió en la segunda mitad, protagonizó la jugada del 2-0, además de marcar el 3-1, en una acción psicológica, justo un minuto después de que Henry hubiera acortado distancias.

Ni Ribéry multiplicado, con libertad total de movimientos, ni la referencia de Thierry Henry, el esperado, que por fin jugó y marco; ni la entrada de Sidney Govou o Patrice Evra; ni tampoco la certeza de jugar mejor que Holanda durante muchos minutos. Francia se encontró desnuda en la primera vez que los de Van Basten llegaron a la portería de Coupet.

Marcó Dirk Kuyt en el minuto 9 y aparecieron los fantasmas en el equipo de Domenech.

Pero no fue Holanda el equipo que maravilló con su fútbol ante Italia. Jugó Francia con la presión de saber que no podía fallar más y salió a buscar el partido. Ribéry y Evra estuvieron muy activos; Henry buscaba huecos, pero los holandeses no se inmutaron. Apareció Van Bronckhorst con un balón en el segundo palo sobre Kuyt, pero la defensa estuvo atenta. El saque de esquina lo lanzó Van der Vaart, Malouda no pudo contener a Kuyt que acertó de cabeza para marcar el 1-0 en nueve minutos.

Los franceses iba a susto cada 10 minutos. Decidió a partir de entonces Ribéry llevar las riendas. Pidió el balón saliendo desde la derecha o la izquierda, conectó con Malouda y con Govou, buscó espacios para Evra y para Sagnol, en definitiva ejerció de líder. LLegó el descanso.

Entró en el segundo tiempo el madridista Robben por Engelaar, y en su primera acción centró al segundo palo y van Persie remató a Francia: 2-0, con más de media hora por delante. Sin tregua, Francia porfiaba, en los minutos de más presencia de Henry. El barcelonista aprovechó un centro de Sagnol para desviar suavemente (2-1), pero la alegría le duró justo un minuto, lo que tardó Sneijder para servir a Robben. El extremo se deshizo de Thuram y de Francia (3-1) en el minuto 72. Con el partido resuelto, los oranje fueron más conservadores y tuvieron hasta tres llegadas claras a la contra. En una de ellas, Sneijder batió a Coupet de un tiro fuera del área, una espectacular manera de redondear la noche.