Recreativo de Huelva: Sorrentino; Edu Moya, Beto, Martín Cáceres, Poli; Varela, Barber, Carlos Martins, Aitor; Camuñas y Sinama Pongolle.

Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze, Torres; Gago, Diarra, Drenthe; Baptista, Robben y Raúl.

Arbitro: Iturralde González (colegio vasco).

Estadio: Nuevo Colombino.

Hora: 20.00 horas (PPV).

A la misma hora del mismo día. La nueva Liga arranca hoy con un sábado insólito. Madrid y Barça, separados apenas por dos puntos, libran en la distancia el primer pulso de los tres meses finales de la temporada. Concluido el febrero negro para el madridismo --ha regalado siete puntos con tres derrotas en cuatro partidos-- y terminado ese mismo febrero en que el barcelonismo resurgió tras conquistar 10 puntos de 12 posibles, hoy empieza una Liga distinta. Y nueva.

Ahora, un error del Madrid puede costarle hasta el liderato. ¡Quién se lo iba a decir a Schuster! Si el Barça, claro, sabe hacer bien sus deberes. Instalados ambos en la recta final del campeonato (que dan 13 jornadas, incluída la de hoy), un mínimo resbalón puede alterar el resultado final. "Me da igual, no me preocupa en absoluto quién puede ser líder el domingo, me preocupa que ganemos, el tema de las estadísticas no es cosa nuestra", aseguró el técnico madridista, que regresa esta noche al sur de su perdición.

Allí ha jugado hasta ahora tres partidos (Sevilla, Almería y Betis) y ha perdido los tres, mientras que los azulgranas, excitados por su reacción, se asoman a una situación inédita: pueden encaramarse al primer lugar, algo que no sucede desde mayo del 2007. Si el Madrid falla, por supuesto. Pero ni el más optimista barcelonista imaginaba estar a inicios de marzo con un sábado así de excitante, con una horquilla que va de los cinco puntos de diferencia en el peor de los casos (derrota del Barça, victoria del Madrid) al posible liderato si se da hoy el mejor supuesto (caída blanca, triunfo culé).

Hasta ahora, los nueve puntos de diferencia ejercían un efecto depresivo y autodestructivo en el Barça. Ahora, en cambio, visita esta noche el volcán del Vicente Calderón convencido de que puede ser hasta líder. Llega a Madrid a medirse a un club angustiado, donde el presidente (Enrique Cerezo) se presenta con la camiseta madridista, como si fuera un fichaje de Ramón Calderón, su colega, obligado luego a pedir perdón a sus socios. A un equipo que lo ha perdido casi todo (Copa del Rey y UEFA) en un par de semanas, con un entrenador (el mexicano Javier Aguirre) cuestionado y unos jugadores donde Forlán, el goleador, y el Kun Agüero, la estrella, no pueden tapar los históricos defectos de un Atlético incorregible. "Estamos malheridos, pero jugamos en casa y luchamos por la Champions. Podemos dar una sorpresa", advirtió ayer Aguirre. El Barça lo sabe. Ni se fija en el 0-6 de la pasada temporada. "Hemos recuperado a todos los jugadores. Estamos en muy buen momento", precisó Johan Neeskens en ausencia de Rijkaard, sometido a un enorme desgaste mediático, se quedó en el vestuario. "El Madrid todavía es mejor. Está dos puntos por delante nuestro, pero había mucha más presión cuando estaba a nueve", recordó Neeskens, seguro de que el Barça no se relajará. Le ha costado mucho llegar a tocar al Madrid para desperdiciarlo en el primer día. El Atlético está herido, pero no muerto. No es casual que un jugador rojiblanco colgara una fotografía de su presidente (madridista por una noche) en el vestuario, con la inscripción: "Juntos podemos".

Juntos pudieron los blancos la pasada temporada. Y juntos creen los azulgranas que devolverán esa bofetada. Además, el alemán Schuster viaja a su maldito sur sin el goleador (el delantero holandés Van Nistelrooy está lesionado) y sin el arquitecto (Guti ya se autodescartó el jueves). Con Raúl y los recuperados Robinho y Pepe para vivir un sábado con dos partidos que marcarán el inicio de la nueva Liga.