Alejandro Alfaro demostró ayer ante el Córdoba por qué es la estrella de la cantera sevillista. El de La Palma del Condado brilló con luz propia durante todo el partido y acabó siendo determinante para el resultado final. Un magistral lanzamiento de falta dio la victoria a su equipo en el Pizjuán.

Pero no solo se debe calificar a este jugador por la decisiva jugada. Su movilidad, su solvencia y su inteligencia sobre el terreno de juego se hicieron patentes durante los 90 minutos. Todo lo hizo con sentido. Por si fuera poco, el conjunto blanquiverde no encontró la solución para parar al onubense. Endika no pudo.

Participativo al máximo --quizá el que más tocó el balón en el Sevilla Atlético--, dio más de 40 pases bien. Sin duda, un número espectacular.

Por su parte, Juanlu tuvo dos partes bien diferenciadas, al igual que su equipo. El malagueño estuvo bastante bien en la primera mitad. A pesar de no acertar demasiado en el aspecto ofensivo --falló mucho en la entrega--, colaboró bastante en la zona de atrás. Quizá este exceso de trabajo fue lo que acabó con el interior zurdo extenuado y descentrado.

Si a eso sumamos la impotencia por el resultado, tenemos un explosivo cóctel que dio como resultado una entrada que bien pudo ser de amarilla, pero que llevó al jugador a la ducha antes de tiempo.