Los suplentes de un equipo, por regla general, no están a gusto. El futbolista pretende jugar siempre. Si el suplente quiere cambiar su situación tiene que hacerlo con el trabajo diario y aprovechando los minutos que tenga en los partidos. Pero sobre el deseo --y sobre el derecho-- a jugar prevalece el respeto al compañero y al entrenador. Juanlu ha escogido mal el momento y peor las palabras. Con menos minutos que él jugados como suplente Acciari ya es titular.