Viajar con el Córdoba se ha convertido por una inesperada selección natural en un ejercicio de marcha atrás en el tiempo. La última lista de Paco Jémez, la del partido de esta tarde ante el Alavés, cuenta con otro más de los veteranos del ascenso: Juan Navarro, un futbolista aparentemente tan serio dentro como fuera del campo, pero que vestido de corto o con traje oficial de pantalón de bonito y polo remetido, muta, como se comprobó en los festejos del ascenso, en un jugador extrovertido y especial para el resto. Ayer, desde que se hizo pública la lista de convocados, era el jugador a abrazar. En el vestuario, en los aledaños del estadio, en el anden 2 del AVE a Madrid --Paco quería avión y no autocar hasta Vitoria--...

Otro que tal le baila es Javi Moreno. Sus palmas a compás en la estación de Córdoba, con el rumbo puesto al País Vasco, la que fue su casa y trampolín internacional, añaden si cabe más cohesión a un grupo que saltará a Mendizorroza sin complejos, en busca de su segunda victoria fuera de casa. El ambiente de salida es magnífico.

Pero la elección de Juan Navarro como punto de partida no es baladí. Por un lado, Paco Jémez demuestra una semana más que tiene cintura para manejar los errores cometidos. Es algo con lo que cuenta a su favor un técnico joven, que todavía no ha adquirido los malos vicios de los veteranos. Y es que si la semana pasada el equipo se fracturó, quizás, y entre otros motivos, como la falta de acierto, por el banquillo, en esta ocasión, el técnico cordobés se presenta en Vitoria con una convocatoria equilibrada y medida, que deja en casa como damnificados a Pineda y Rubén, además de los obligados por lesión. Por otro lado, Paco Jémez vuelve a hacer gala de una valentía que a la larga, cuando haga el rodaje necesario, le puede dar fortuna. Insiste en anteponer su juego, su filosofía, a la del rival, se llame Alavés, Cádiz o Tenerife. Por eso, justificó la entrada en rotación de Navarro en busca del equilibrio de opciones en el centro del campo con un pivote ofensivo, Katxorro, y otro defensivo, el propio Navarro, que ha pasado por un calvario por culpa de las lesiones. Porque Paco Jémez quiere los tres puntos de Vitoria. No se conforma con otro punto, porque un nuevo empate no sería contraproducente en un campo tan complicado como el vitoriano, ni ante un rival como el Alavés que ha entrado en racha, sino porque son demasiadas semanas ya sin rematar la faena y sumando de uno en uno no se llega sino a tener problemas.

Del once no trasciende nada. Esta semana se recupera para la causa el central Aurelio, sancionado en Tenerife, e interesa la pugna que a priori se establecerá entre él y Pablo Ruiz para acompañar en primera línea a Pierini, ya que el italiano está viviendo una segunda juventud. En cuanto a lo demás no se esperan cambios, salvo que al técnico le dé por volver fuera de casa a los dos puntas y añada alguna variación por el medio, pero lo normal es que Paco Jémez no cambie lo bueno que va consiguiendo.