El Lucena cosechó un nuevo empate, frente al Real Jaén, en un partido en el que el juego y las ocasiones brillaron por su ausencia. El equipo visitante apostó por un partido más bien físico, en el que el entrenador sabía muy bien las cartas que utilizar el centro del campo y taponar el creativo juego por bandas de los de Montero Nene era clave.

Los primeros compases del juego iban a vislumbrar lo que ocurriría durante gran parte del mismo, es decir, mucha entrega en los dos equipos, pero nada de juego. Sutil en el minuto 9 y posteriormente Godino, con un tiro de libre directo a la madera, pondrían de manifiesto que el Jaén venía a por los tres puntos. Al cuarto de hora el Lucena crearía su mejor ocasión y mejor jugada. Gran cambio de orientación de Jesús Lanza, desafortunado en el día de ayer, control de Guille, que la pondría al punto de penalti donde Sara no llegaría por los pelos.

Sobrepasada la media hora, Dani Lanza probaría fortuna desde la frontal pero Calleja, bien colocado, atrapó en dos tiempos. Conforme pasaban los minutos se hacía más patente lo estudiado que ambos entrenadores tenían a su rival. Y es que las defensas apenas dejaban huecos; dos equipos muy compactos sin mucha creación en el día de ayer. La baja de Sarmiento puede ser crucial, sobre todo cuando su sustituto a la hora de la creación, Jesús Lanza, no está fino, y eso que pudo marcar con un remate de cabeza a pase de su hermano Dani, pero se marcharía desviado.

Al igual que Godino en el bando contrario, con un lanzamiento desde la frontal que despejaría de forma no ortodoxa Toni García. La falta de gol en ambos equipos se ponía de manifiesto una vez más, y es que tanto Sara en el Lucena como Santi Moreno en el Jaén venían a buscar el balón muy atrás, lo que posibilitaba la labor de los defensas. El jugador argentino pudo anotar, sin embargo, más fruto de la casualidad, con la espuela a centro de un desaparecido Adriano, pero se iría desviado.

Si la primera parte fue poco vistosa, la segunda cabe calificarla de tediosa y aburrida. Ambos entrenadores intentaron dar frescura a sus equipos. Nene Montero, desde la grada, ya que cumplía su segunda partido de sanción, metió en el campo a Pineda y Bugnet, que pasaron desapercibidos. Sara se retiró del terreno de juego con los primeros pitos de la temporada, y es que a pesar de que no hay que desdeñar el trabajo de los dos equipos, las ocasiones y los goles no llegaron.