Nada nuevo para la selección española, acostumbrada a lidiar con el desastre para meterse en las grandes citas. Ocurrió en la fase de clasificación para la Eurocopa de Portugal, se repitió en la del Mundial de Alemania y otra vez se ve en el brete de ganar o ganar para estar con los mejores del continente el verano del 2008 en Austria y Suiza. A España sólo le vale esta noche (22.00 h., TVE) el triunfo ante Dinamarca, en un Bernabéu a reventar, para seguir con opciones de clasificación. Y lo mismo sucederá el miércoles que viene en Palma contra Islandia.

"Ya hemos perdido todo lo que teníamos que perder". Luis Aragonés no se cansa de repetir lo que todo el mundo sabe, que la selección española no puede permitirse otro desliz del calibre de la derrota en Belfast, el resultado que le lleva de cabeza desde el pasado mes de septiembre. La situación es desesperada, pero no ha considerado conveniente echar mano para la ocasión de un especialista en psicología para la alta competición, como hizo para el Mundial de Alemania, con los resultados ya conocidos.

LA MADUREZ Aragonés, que siempre ha presumido de tener buena mano para los asuntos de mentalización con los futbolistas, ha creído esta vez que el grupo que dirige ya está lo suficientemente maduro como para darse cuenta, sin ayuda externa, de lo que le va al fútbol español en el envite y de lo que se juega cada uno de los jugadores.

Lo explicó ayer con los tópicos de siempre cuando se le pidió que hablase del contenido de los frecuentes apartes que ha hecho estos días en Las Rozas con jugadores como Iniesta, Silva, Villa o Angel. "Se les pide que lo den todo porque estamos en una situación en la que hay que dar el 110%. Si estamos convencidos de darlo, con todos los respetos para Dinamarca, sacaremos el resultado adelante porque lo necesitamos", dijo el veterano.

No estará el capitán madridista pero España saldrá en el Bernabéu con una formación titular que quiere asegurar el buen trato y la rápida circulación del balón, con Iniesta y Xavi en el papel de líderes, y Villa y Morientes arriba. Las sospechas se agolpan sobre la defensa, donde las sanciones de Ramos y Puyol, que ayer abandonó la concentración de Madrid por la muerte de su abuelo materno, obligan a sacar una línea inédita, con tres jugadores que no estuvieron en el Mundial.

La clave estaría, según Aragonés, en imponer un ritmo alto desde el principio y marcar pronto "para después jugar a la contra, porque sabemos que ellos nos pueden matar también al contrataque".