El Córdoba trata en El Arcángel a sus rivales como el vendedor que despacha a sus clientes en la frutería. Llegan, compran y se van. La diferencia es que del estadio cordobesista se marchan con la bolsa vacía. Afortunado se puede sentir el que haya marcado al menos un gol. O el que haya recibido pocos.

Al principio se achacaba esta racha al escaso nivel de los equipos que desfilaban por El Arcángel. Los cordobesistas se encargaron de ir tapando bocas. Hasta el punto de que ya nadie se atreve a cuestionar la fiabilidad de los blanquiverdes en casa. Da igual que venga el colista, el primero, el mejor a domicilio, el más goleador... Llámese Málaga B, Sevilla Atlético, Mérida o Cartagena el resultado es el mismo: victoria cordobesista.

Y entre unas cosas y otras, el caso es que el Córdoba suma ocho victorias en otros tantos encuentros. Ni que decir tiene que en el fútbol español nadie supera esos registros. Ni siquiera los otros líderes de Segunda B. El Rayo Vallecano, se ha dejado cuatro puntos en Vallecas; el Terrasa, otros cuatro en el Olímpico, y el Palencia, seis en la Balastera. El Valladolid, líder de Segunda, ha perdido dos partidos y empatado otro en el José Zorrilla, mientras que el Barcelona empató un choque.

¿Y el propio Córdoba? ¿Sabía lo que era conseguir 24 puntos seguidos en su estadio? La temporada 1964-65 fue la más exitosa del club. Quinto en Primera División. La mejor clasificación en la historia se cimentó a base de victorias en El Arcángel. En 15 partidos ganó 12 y empató 3. Y sólo encajaron dos goles. Uno lo hizo Di Stéfano para el Espanyol y el otro Costa para el Zaragoza. No les sirvió para nada. Ambos salieron derrotados. Como también lo hicieron el Real Madrid, el Barcelona, el Valencia, el Betis, el Athletic, el Sevilla, el Deportivo -que se llevó la mayor goleada, 6-0-... Sólo el Atlético de Madrid, el Murcia y Las Palmas lograron llevarse un punto.

Pero ni siquiera esa temporada el Córdoba empezó como la presente. Ganó los cuatro primeros partidos en casa, pero al quinto el Atlético cortó la racha. Cinco fue el número máximo de victorias consecutivas que obtuvieron los blanquiverdes. Eso sí, dejaron un dato díficil de superar: Diez partidos ininterrumpidos sin encajar un gol. El Córdoba 2006-07 ya tiene otro reto.