Al final, el solitario gol de Asen consolida al Córdoba en el liderato y da claras muestras de que en en el estadio de El Arcángel va a ser muy difícil arrancar un punto. Los blanquiverdes lo saben y están superando todos los inconvenientes que se están encontrando a su paso.

El único equipo que hizo algo para ganar fue el Córdoba. Y no fue poco. Tenía que superar la enorme presión que hizo el Mérida en todo el campo y, además, las continuas entradas feas que se producían y que el colegiado no acertaba a cortar. Lógicamente, los hombres más afectados por ello eran Pineda, que al final no pudo acabar, y Javi Moreno, que recibieron por todos lados.

La táctica le iba bien al Mérida, que veía cómo sus intereses se cumplían. En el lado opuesto, el Córdoba mostraba su inconformismo y se enrabietó con el paso del tiempo. Los blanquiverdes no estaban conformes con el reparto de puntos y aumentaron la velocidad en busca de la victoria. Esa marcha, unida a los movimentos que hizo Escalante en el banquillo, fueron determinantes para que al final el triunfo se quedara en casa.

SERIEDAD Y JAVI FLORES

El Córdoba se puso serio en el segundo tiempo. Después de una primera parte en la que apenas hubo algo destacado, si bien también tuvo ocasiones para inaugurar el marcador, el conjunto de Escalante le cogió el pulso al rival y al campo. La pelea hasta entonces era táctica pero se imponía otro estilo. No bastaba con jugar el balón; faltaba con actuar de forma seria y hacerse con los balones divididos.

Javi Flores se convirtió en el artífice de ello. No se conformó con ser el jugador que más visión tenía del juego, ni el que mejores pases daba. Todo lo sacrificó para trabajar para el equipo. El canterano se batió el cobre. Incluso. su actuación debió ser completa si entra el buen disparo que hizo pero que dio con el balón en el travesaño.

SUPERIORIDAD NUMERICA La violencia con que se empleaba el Mérida tuvo su punto culminante a falta de siete minutos para el final. Una acción antideportiva de Israel le llevó a ver la roja directa. Esto fue definitivo para que el Córdoba echara el resto. Arrinconó por completo al Mérida y le ejerció un presión brutal para que no saliera de su campo.

El premio tardó en llegar pero el gol de Asen se vivió con una intensidad tremenda. Todos celebraron el tanto como si fuera el del ascenso. Lo merecía, porque el trabajo fue arduo. Fue el premio al mejor juego y, sobre todo, al trabajo, de un Córdoba convencido de sus posibilidades .

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