Imola, el lugar elegido por Ferrari para reaccionar, ha sido también el punto de partida de una grieta que amenaza con partir en dos al equipo Renault. Fernando Alonso perforó el primer boquete con unas declaraciones contra su equipo minutos después de marcar ayer el mejor tiempo sobre la pista en la jornada de entrenamientos libres, por delante de Michael Schumacher, incluso de los probadores, en una demostración de poderío. Podría ser una frase suelta, de las chinitas que deja a veces el asturiano. Pero no. Puso en duda el apoyo que recibe de su equipo. Flavio Briatore no daba crédito al enterarse.

Fue en la rueda de prensa tras los entrenamientos, cuando alguien le pidió una aclaración sobre una frase en inglés del día anterior en la que dejaba entrever que, tras su fichaje por McLaren, no esperaba mucho apoyo de su equipo si las cosas iban mal para él. "Tampoco me han ayudado nunca en estos cuatro o cinco años que llevo aquí", confirmó. "En algún test, en alguna carrera o en algún momento que necesité algo, no tuve mucha ayuda. Todos sabemos los ejemplos claros de muchas carreras, muchas transmisiones de radio que se escucharon y mucho de todo. Por lo tanto, este año tampoco espero demasiado".

La afirmación fue tan rotunda que ni siquiera Briatore quiso considerarla inicialmente. "Primero tengo que hablar con el piloto", dijo con una mueca de desagrado. Alguien en el equipo contestó por su patrón: "Es una estrategia de Alonso por si las cosas no le salen como él quiere. Tiene firmado un contrato millonario con McLaren y es una manera de descargar la responsabilidad en el equipo. Estamos tranquilos porque sabemos que tenemos un coche competitivo, por lo menos hasta final de temporada".

Decisión equivocada

Briatore se animó a hablar después, a pesar de no haber aclarado lo sucedido con Alonso. "No lo entiendo. ¿Cómo puede decir eso?", se preguntaba tratando de encontrar una razón. "Ha cambiado el chip desde que fichó por McLaren, ya no es el mismo". Y mientras ladeaba la cabeza de un lado a otro sin prestar atención a ninguna de las mujeres que suelen acercarse a él, repasaba la historia. "¿El año pasado ganó siete carreras sin ayuda? ¿Ganó el título sin apoyo? ¿Subió al podio en 16 ocasiones sin ayuda?". Y añadió: "Este año ganó en Bahrain gracias a la estrategia y volvió a vencer en Australia. Quizá se ha equivocado en la elección de su nuevo equipo y por eso está nervioso".

Uno de los ingenieros de Renault ya notó cambios en la relación del asturiano con el equipo al final del año pasado. Una vez que ganó el título en Brasil. "Ya no asistió a la reunión obligatoria con los ingenieros tras las carreras de Japón y China. El título le ha cambiado".

Sus discusiones con Pat Symonds sobre estrategia en el 2003 --le llegó a lanzar el casco tras una carrera--, la queja por recibir peor material que Jarno Trulli durante el 2003 y buena parte del 2004, el año de probador al que Briatore le relegó en el 2002... son tantas cosas.