Luis Aragonés apostará por más gente joven en su proyecto premundialista -podría alinear un equipo con una media de 23,7 años- y confía en Sergio Ramos en el lateral derecho y en Cesc Fábregas para llevar el mando, en un amistoso con rival interesante y repleto de buen fútbol. Costa de Marfil se perfila en Alemania 2006 como una de las revelaciones del fútbol mundial.

El gran personaje de la gélida noche en Valladolid es sin duda Cesc Fábregas. Llevará el número 8. El mismo con el que ha triunfado en las selecciones inferiores. Con 18 años, en la historia moderna del fútbol, nunca un chico tan joven había llegado tan alto. Fábregas, pues Cesc llevará el apellido en su camiseta al dorso en lugar del nombre de pila, se asoma al equipo nacional en una jornada en la que Luis, ahora ya con calma y sin la tensión de obtener el pasaporte urgente para Alemania, desea ver nuevos movimientos tácticos.

Es el momento de jugar con un 4-3-3. Le ha faltado poderío al centro del campo español en muchas fases de la clasificación. Y ahora es el momento de cambiar el destino. Con Xabi Alonso en el eje, interpretando el mismo papel que borda en el Liverpool de Rafa Benítez, España puede subir el nivel con Fábregas y Senna o Albelda al lado. Aunque por los ensayos, parece que el futbolista del Villarreal pudiera partir con ventaja.

Es en la zona del medio centro donde Luis ha permutado puestos en el ensayo de Las Rozas. Entre Cesc, Senna, Albelda y Xabi Alonso, uno se quedará fuera. Delante, en el once de Luis Aragonés, Villa actuaría echado al costado derecho, Fernando Torres en el centro y Luis García a la izquierda.