Miles de aficionados ingleses recibieron este jueves al Liverpool, flamante campeón de Europa, a su regreso de Estambul, donde el club inglés se impuso anteayer en la tanda de penaltis al Milan en la final de la Liga de Campeones. El capitán Steven Gerrard, con la medalla de campeones colgada del cuello, y el técnico Rafa Benítez se encargaron de exhibir el trofeo de campeones nada más tomar tierra, al salir del avión que les trasportó hasta el aeropuerto John Lennon.

Los jugadores se fotografiaron con la copa en la misma pista del aeropuerto para, posteriormente, celebrar la victoria con la afición por las calles del centro de Liverpool.

"Increíble, brillante. El país entero está muy orgulloso de ustedes", declaró Tony Blair en un mensaje dirigido a Benítez y sus jugadores. Por su parte, la Reina Isabel II, que se enteró de la victoria del conjunto inglés después al regresar de un viaje oficial a Canadá, felicitó igualmente al cuadro británico "por su destacada victoria la pasada noche". "Fue una magnífica hazaña que recordaremos durante muchos años, tanto en Liverpool como a través de todo el país", declaró la monarca británica.

Mientras, los habitantes de Liverpool se encargaron de celebrar el triunfo del equipo de su ciudad desde tempranas horas, llenando los bares y pubs del centro de la localidad. No obstante, cuatro personas tuvieron que ser arrestadas, dos de ellas por causar disturbios después de haber ingerido una gran cantidad de alcohol, mientras que las otras dos fueron detenidas por agresión.

Los cientos de aficionados que viajaron a Estambul para asistir en directo a la final de la Champions regresaron después de toda una noche de celebraciones en Turquía. Muchos de los vuelos charter que debían de llevar de vuelta a los seguidores partieron con horas de retraso.