El español Fernando Alonso subió de nuevo a un podio de Fórmula Uno al acabar tercero en el Gran Premio de Alemania, disputado ayer en Hockenheim y que concluyó una vez más con victoria del alemán Michael Schumacher, que igualó su propio récord de triunfos en la misma temporada: once.

Schumacher y su Ferrari dominan de forma tan abrumadora la Fórmula Uno que el único aliciente es saber quién se fotografiará junto al germano en el podio, honor que esta vez correspondió al inglés Jenson Button (BAR-Honda), segundo; y a un espectacular Alonso (Renault), que subió por tercera vez al ´cajón´ este año tras haberlo hecho en Melbourne (Australia) y en Magny Cours (Francia).

El alemán ganó su undécima carrera de la temporada, con lo que igualó su propio récord de victorias en el mismo año, que data de 2002 y que podrá superar --incluso con amplitud-- en las seis carreras que quedan para acabar el que será, salvo tragedia, el séptimo Mundial que se adjudica el galáctico del gran motor.

Schumi rodó a una media de 215 kilómetros por hora y cubrió las 66 vueltas al circuito del estado federal de Baden-Württemberg en un tiempo ganador de una hora, 23 minutos y 54 segundos, cruzando la línea de meta con una ventaja de ocho segundos sobre Button y 16 respecto de Alonso, que, a punto de cumplir 23 años --lo hará el jueves--, es el piloto más joven de la historia --y único español-- en ganar una carrera de Fórmula Uno, el año pasado en Hungría.

Allí se disputará la próxima carrera, dentro de tres semanas, antes de la de Spa (Bélgica) --a finales de agosto--, donde el piloto asturiano también salió victorioso, en agosto de 2000, en la prueba de Fórmula 3000 que le catapultó a la categoría reina.

Y donde el resto de la afición espera alguna sorpresa agradable que evite el aburrimiento de ver ganar siempre al mismo. Pero mientras, Schumacher se anotó ayer su octogésimo primera victoria y concluyó su GP número 50 sin avería en el motor.

Alonso brilló, sobre todo y de nuevo, en la salida, que se retrasó en dos ocasiones debido a los problemas del galo Olivier Panis (Toyota) y del brasileño Rubens Barrichello (Ferrari).

El asturiano mostró sus reflejos de oro y por la izquierda se coló entre los dos McLaren del finlandés Kimi Raikkonen y del escocés David Coulthard --cuarto ayer-- y del Williams-BMW del colombiano Juan Pablo Montoya --quinto--, ascendiendo de golpe tres puestos y pasando al segundo, por detrás del astro de Kerpen.

Pero en la vuelta 52, el inglés le superó. Y a partir de ahí, hubo unos momentos de tensión: su coche había perdido aerodinámica.