La lluvia mermó la asistencia de público y el poco que decidió acercarse al estadio tuvo mucho mérito si se analizan las complicadas y diversas maneras que tuvo la afición para llegar. Si se trata de tener un estadio nuevo y flamante, en un enclave lleno de ocio, bastante tendrán que mejorar los accesos a El Arcángel, que hicieron a más de uno tener un susto entre el barro y el agua por no haber podido hacerse con unas botas de plástico. Unos accesos dignos, a pesar de la Feria de Mayo, darían un toque más limpio a las prendas que porta el cordobesismo al llegar a casa tras el partido. Ayer el acerado de El Arcángel era una improvisada meta de una carrera de obstáculos en que se convirtió asistir al encuentro. TEXTOS: F.G.L. / R.R.