El equipo cordobés formado por Rafael Saco y Daniel Ibarrola sigue con mala suerte en el campeonato andaluz. Ayer en la segunda prueba del certamen, el Rally Gibralfaro, se montaban por primera vez en el Hyundai Accent WRC, consiguiendo el mejor tiempo en los dos primeros tramos, con una amplia ventaja sobre sus rivales. En la mitad del tercero, una llamarada aparecía sobre el capó del coche, provocada al romperse una conducción del líquido de la dirección asistida y caer sobre el turbo. Los cordobeses se detenían, apagaban el fuego y abandonaban la prueba, repitiéndose la situación del primer rally del andaluz, cuando también se retiraron por avería mecánica cuando iban líderes.

El malagueño Pedro Cordero quedó desde ese momento en primera posición, con un Seat Ibiza 1.8 Turbo, con el que consiguió la victoria en una prueba caracterizada por las adversa climatología, con lluvia, niebla y mucho frío. La segunda plaza del podio fue para José Blanco, con un Mitsubishi Lancer Evo VII, por delante del sevillano Francisco Ollero, con Renault Clio Sport. Entre los pilotos cordobeses, el mejor clasificado fue José Antonio Caballero, decimoquinto de la general con su Renault Clio Sport.