MIRALBAIDA: Antonio, Felipe, Jiménez, Jota, Quico, Varo, Ortega, Chacho, Alvaro (Antonio, 70´), David y Emilio (Galindo, 72´).

UCO : Andrés, Navarro, Sergio Linares (Blanco, 46´), Freire, Rafa Pérez, Avelino, Lolo Niza, Antoñito (Javi Alvarez, 54´), Antonio García, Diego Delgado y Julio (Manolo Aguilar, 60´).

GOLES: 1-0 (5´) Chacho. 1-1 (12´) Antonio García. 1-2 (25´) Antoñito. 1-3 (28´) Lolo Niza. 2-3 (33´) Alvarez. 3-3 (35´) Quico.

ARBITRO: Jimeno Lorente, de Jaén. Amonestó por parte local a Jota, Ortega y Alvaro y por los visitantes a Navarro, Freire y Julio.

INCIDENCIAS: Jornada 18.

El Miralbaida consiguió sacar un punto en su feudo, ante uno de los gallitos de la categoría. Los de Luis Alonso, a pesar de remontar un gol y poner en ventaja de dos goles, no supieron amarrar el encuentro y se vieron sorprendidos por un Miralbaida que hasta el momento era el último clasificado.

El partido comenzó muy bien para los locales, una falta en la frontal del área en el minuto 5, la transformó Chacho en gol. La Universidad pareció no afectarle y empezó a desarrollar su juego y en una buena jugada de Delgado por banda izquierda, éste sirvió el esférico para que Antonio García igualara el marcador. Eran los mejores minutos visitantes. En el minuto 25, se pusieron por delante por medio de Antoñito que batió al meta de vaselina y tres minutos más tarde consiguieron el 1-3, obra de Lolo Niza.

A partir de aquí el Miralbaida empezó a salir del letargo, Alvaro acortaría distancias en el 33 tras una mala salida de Andrés y dos minutos después, con la UCO totalmente desconcentrada, una falta lateral sacada por Chacho, sirvió para que Quico rematara de cabeza y empatase el encuentro.

La segunda mitad fue bastante aburrida, los locales estaban encerrados atrás y sólo salían al contraataque. Los universitarios no encontraban ningún hueco en la defensa del Miralbaida, que una y otra vez sacaban todos los balones. Luis Alonso se la jugó, poniendo a sólo a tres hombres atrás, pero de nada le sirvió ante la gran defensa de los locales. Al final un punto dulce para los locales y amargo para los visitantes.