Lo que a priori se prometía como un dulce derbi andaluz entre dos equipos en claro ascenso va camino de convertirse mañana, incomprensiblemente, en todo lo contrario. Ni la tradición dice que ambas aficiones merecen un trato especial por parte de los cuerpos de seguridad, ni la trascendencia del partido en sí. Ayer fueron los dirigentes de ambos clubes los que por sí solos se encargaron de enturbiar un atractivo encuentro. Y todo por el reparto de las entradas.

Según la versión del Córdoba, el club ha puesto a disposición del Cádiz las localidades que ha podido, unas 400, teniendo además en cuenta las medidas de seguridad que exige la comisión de seguridad, que para más inri declaró ayer el partido de alto riesgo, y que el estadio está en obras y con un aforo limitado.

LA QUEJA DEL CADIZ En Cádiz se quejan de que sus aficionados no pudieran acceder libremente a las entradas en Córdoba, ya que según la versión de su presidente, Antonio Muñoz, "preguntan de dónde eres, y si eres de Cádiz no te las dan". "Es una medida antidemocrática y anticonstitucional, porque todos somos iguales ante la ley", expresó. Y es que según Muñoz "el problema no es las entradas que nos hayan dado, sino que se está teniendo un comportamiento discriminatorio con nosotros".

El Córdoba explica que la decisión de no vender localidades de fondo a los gaditanos --aparte de las 144 entragadas al club amarillo-- y sí del sector 6 de anfiteatro responde a medidas de prevención. Es más, ayer la comisión de seguridad decidió establecer un pasillo entre ambas aficiones en este sector del campo --de unos 150 asientos-- para reubicar a aficionados del Cádiz que hayan conseguido entradas aisladamente. Porque en Córdoba se están vendiendo hasta un máximo de cinco por aficionado.

Ayer, el club blanquiverde comunicó que ya no quedaban localidades de ambos fondos y que se está tratando de controlar el flujo de venta a Cádiz, que sólo se puede realizar en un centro comercial determinado. "Lo que se trata es de tener el control porque después si pasa algo nosotros somos los responsables", explicó ayer sorprendido el gerente del Córdoba, Antonio Zurera, que no entendía la reacción gaditana. "Hay una cierta frustración porque querían venir muchos, pero es imposible".