Lo del Córdoba este año es de difícil explicación. Sigue sin conocer la victoria en lo que se lleva de temporada. Y si hasta ahora el gran problema era la falta de remate, en esta ocasión no se puede decir lo mismo. En el minuto 26 llevaba una ventaja de dos goles. No pasaba apuro alguno y manejaba el partido con suma tranquilidad. Un primer tiempo aceptable y que viendo cómo se estaban desarrollando los acontecimientos, pocos pensaban que se pudiera estropear la cosa.

Pero llegó el segundo tiempo y con él una auténtica debacle. Desde el primer momento se vio que el Córdoba no era el mismo. Incomprensiblemente dejó el mando al Málaga B y, claro, éste aprovechó tan inmenso regalo para neutralizar la desventaja que tenía en el marcador. Pero pudo ser peor, porque en los minutos de descuento, los filiales malaguistas pudieron llevarse la victoria si no es porque el balón se marchó fuera cuando todos, incluidos los muchos de seguidores cordobesistas, lo daban dentro.

INCOMPRENSIBLE

Esta era la palabra que más pronunciaban los aficionados cordobesistas. Las opiniones eran para todos los gustos, pero en su gran mayoría era para despotricar contra su equipo. Es algo normal si se tiene en cuenta que le dieron el caramelo y al final se lo quitaron dándole una paliza.

Lo realmente complicado es encontrar las razones por las que el Córdoba se vino abajo en el segundo tiempo. Castro Santos dice que fue por "el cansancio" y a que "no supimos controlar el partido". Perfectamente de acuerdo, pero posiblemente al técnico se le olvida añadir algo más. No es normal que un equipo plagado de chavales jóvenes, con el agravante de llevar dos goles por debajo, superara a los blanquiverdes con tanto descaro y con más facilidades de las que deben regir en un equipo profesional.

Cada vez que el Málaga B pasaba el centro del campo cordobesista era para poner en entredicho a sus rivales y el uy en las gradas. Nadie era capaz de cortar sus avances, ni por las bandas ni por el centro. Y así no es de extrañar que el trabajo le llegara por todos lados.

Los malaguistas no se dieron nunca por vencidos y se aprovecharon de las facilidades que les estaban dando. A partir de aquí es cuando realmente hay que hacer un análisis en general y algunas actuaciones en particular.