Cualquiera tiene una mala tarde, pero atrás, donde un paso mal medido acaba en derrota, se nota quizás más que los continuos fallos en la delantera, o las decenas de pases mal dados por los medios. Es la ingrata labor del defensa, a la par con el guardameta. Ayer le tocó a Juanmi. La cosa no irá a más porque el sevillano ha demostrado las cuatro anteriores jornadas de Liga que es un fichaje acertado. En un sitio donde opositan Ramón, Soria, Berruet y él mismo, se ha hecho con un sitio por méritos propios. Ayer no se entendió con Jáuregi. Pero el defensa dio después la cara ante la prensa --cosa que otros no hacen a veces-- y señaló que "para mí fue una tarde para olvidar. Pero lo importante es que nos llevamos un resultado positivo, pero les pido perdón a mis compañeros por dejarlos en inferioridad numérica. Hemos de evitar cometer más fallos como el que yo cometí". Y es que en un mundo arrogante como es el fútbol, reconocer los errores engrandece a sus protagonistas.