Oscar Reus ya tiene argumentos para soñar con el Olimpo. Es el único cordobés que tiene, de momento, como referencia los próximos Juegos Olímpicos para entregarse triunfal en los brazos de Morfeo hasta el verano próximo. Este ciclista de 22 años, al que una parálisis cerebral le afecta el aparato locomotor, consiguió la pasada semana el visado para los Juegos Paralímpicos de Atenas´2004 al tiempo que los metales colgaban sobre su pecho tras la ceremonia de clausura de los Campeonatos de Europa de Ciclismo Adaptado, celebrados en Praga. En la capital de Chequia, Reus se colgó la plata en la prueba de ruta, un galardón que, además del billete olímpico, conlleva añadido el bronce mundial, al tratarse el certamen de un Open.

En sólo dos meses de preparación para la alta competición, y poco más de tres años de un pedalear esporádico los fines de semana, Reus, que prepara su ingreso en un curso de formación ocupacional, se ha convertido en subcampeón de España y en el segundo mejor ciclista de Europa. En Praga sólo el ex profesional Javier Otxoa, todo un ganador de etapa del Tour, con secuelas del accidente que le costó la vida a su hermano Ricardo, ha sido capaz de batir al cordobés. Para el ex ciclista del Kelme fue el oro en la carrera de ruta y eliminó a Reus en la semifinal de los 3 kilómetros en pista. El futuro paralímpico cordobés, no obstante, apenas había tenido contacto con la pista con anterioridad en un par de entrenamientos en Posadas, y en Praga se atrevió a disputar, además, la prueba de un kilómetro en pista y de 15 kilómetros contrarreloj, en las que fue cuarto.

Oscar Reus ha regresado de Praga sin sus medallas. Le fueron robadas junto a su documentación en la capital checa. Le podrán quitar el metal pero no la gloria internacional. Ni el sueño de visitar próximamente el Olimpo por derecho.