RUSIA: Karasev (8), Kubrakov (3), Monia (11), Kirilenko (26), Soloviev (2) -cinco inicial-, Likholitov (11), Khriapa (7), Pashutin (6) y Samoilenko (3).

ESPAÑA: : Calderón (4), Navarro (20), Jiménez (2), Gasol (35), Garbajosa (3) -cinco inicial-, De la Fuente (1), Marco (13), Felipe Reyes (3), Grimau (2), Bueno (1), Herreros (4) y Alfonso Reyes (-).

CUARTOS: 18--31, 23--20, 11--17 y 25--21.

ARBITROS: Gasperin (FRA) y Kolar (SLO). Excluyeron por personales a Soloviev, Felipe Reyes y Likholitov.

INCIDENCIAS: Grupo C.

España resolvió su verdadero debut en el Europeo, tras el trámite frente a Suecia, con una valioso victoria sobre Rusia que, a falta de la última jornada y el choque ante Serbia y Montenegro, le abre enormes posibilidades de clasificarse para la fase final directamente, sin jugar la eliminatoria previa, en calidad de primera del grupo C.

La puesta en escena de la selección heló la sangre a los rusos. El cinco inicial de Moncho López desplegó un juego demoledor por dentro y por fuera, anuló a la estrella NBA de los ex soviéticos, Andrei Kirilenko, y sacó petróleo de la suya propia, Pau Gasol, impresionante, galáctico, un martillo pilón debajo del aro (31 puntos al descanso). Luego, el resto del equipo completó un choque brillante.

La defensa de España sobre el alero de los Jazz de Utah rozó la perfección (uno de cuatro en tiros de campo en el primer cuarto y dos de ocho en el descanso). Asentada en ese excelente trabajo defensivo lanzó su juego de ataque con una claridad de ideas y una gran efectividad a la que también contribuyó decisivamente Juan Carlos Navarro, el amigo íntimo de Gasol.

Gasol y Navarro, uña y carne dentro y fuera de la cancha, sometieron a Rusia a un calvario agravado por la madrugadora cuarta personal de Mikhail Soloviev, uno de sus pocos efectivos interiores puros. Los verdugos de los campeones del mundo el día anterior no podían contra la defensa española, perfectamente diseñada para frenar a Kirilenko.

Jiménez asumía mayor responsabilidad en los movimientos exteriores del jugador de San Petersburgo, mientras que Garbajosa tomaba las riendas dentro de la zona.

La selección bajó el ritmo en los minutos previos al descanso, algo lógico después de anotar 31 tantos en el primer cuarto y, sobre todo, porque enfrente tenía a Rusia, un excelente equipo que no se limita sólo a Kirilenko. Rusia empezó a perder los nervios a partir del 52-71 que abrió el último tramo tras triple de Marco.