El presidente del Córdoba, Angel Marín, y el director general deportivo, Miguel Angel Portugal, explotaron tras el partido que el Córdoba perdió ante el Tenerife el pasado domingo. Ambos se quejaron de la actitud del equipo y el conformismo de los jugadores con el empate. Pero con estilo, los jugadores de la plantilla pasaron ayer de entrar en disputas internas y no quisieron contestar a las polémicas acusaciones de la directiva, aunque off de record se mostraban bastante molestos muchos de ellos, que prefirieron no hacer declaraciones públicas al respecto, ya que "ahora es cuando hay que estar más unidos que nunca".

Los que osaron a hablar del tema quisieron limar la importancia real de las acusaciones, ya que, según Daniel López Ramos, "es normal que se nos pida más, eso no nos lo tiene que decir nadie ya que al no ganar siempre se puede hacer más". El lateral izquierdo aseguró que "eso no quiere decir que no estén con nosotros, sólo es el significado después de un partido, pero quedan cuatro y hay que dar más".

Del mismo modo se mostró el delantero Eloy, que dijo que "el club vive un momento delicado". Sobre las declaraciones aseguró que "tenían que quedarse dentro" y que si las piensan debían decírselas a los jugadores en el vestuario. "Que cada uno diga lo que quiera, estamos en un país libre", dijo Eloy, que consideró que el director deportivo "puede llevar razón pero que habría que decirlo a la plantilla, pero es un toque de atención".