El Barcelona, que con su victoria ante el Inter de Milán alcanzó de récord de once victorias consecutivas en Liga de Campeones, se valió del pequeño ariete argentino para tumbar al líder de la Liga italiana y superar a Christian Vieri y a su compañero Patrick Kluivert en un duelo en el que parecía que no estaba invitado.

El conejo volvió a desbordar en velocidad, buscó desmarques imposibles, marcó un buen gol y selló una vertiginosa jugada que acabó en asistencia al holandés para que éste cerrara la goleada ante los de Héctor Cúper.

Un día después le tocaba el turno al de siempre, como ya se conoce a Raúl, y no decepcionó. Con su equipo al borde del precipicio ante el Borussia de Dortmund, el madrileño se echó la responsabilidad sobre la espalda y marcó el gol del empate, uno más para el máximo goleador de la historia de la Liga de Campeones (con este formato), haciendo gala de coraje, garra y astucia.

Tampoco faltó a la cita el brasileño Ronaldo, que si bien no estuvo acertado en la primera parte, saltó al césped en la reanudación y firmó el gol de la victoria blanca, que ya suma doscientas en competiciones continentales.

La jornada europea descubrió también la faceta oculta de un jugador genial, el chino Alvaro Recoba. El mediapunta uruguayo superado en todo momento por los centrales barcelonistas, realizó una fea entrada a Carlos Puyol, por lo que vio la tarjeta roja y se perderá más de un partido.

En el otro lado de la balanza se situó el inglés Ameobi, un delantero rápido y potente que guió al Newcastle a su primera victoria en la segunda fase con dos goles en el Bay Arena.