ESPAÑA: Barrufet; Masip (9, 1p), O´Callaghan, Garralda (1), Hernández (3), Juancho (2), Colón (3) --equipo inicial-- Entrerríos (6), Dujshebaev (3), Mariano Ortega (2), Juanín (1), Carlos Ortega (4, 1p), Iker Romero (3).

CROACIA: Matosevic; Kaleb (3), Sulic, Balic (5), Dzomba (6, 1p), Valcic (3), Metlicic (6) --equipo inicial-- Spoljaric, Goluza (8, 1p), Dominikovic, Lackovic (4), Sola (ps), Jovic (4).

PARCIALES: 14-9 (descanso); 26-26 (prórroga); 31-31 (segunda prórroga); 37-39 (final).

ARBITROS: Arnaldsson y Vidarsson (Islandia).

La selección de Croacia rompió en cientos de pedazos el sueño español de alcanzar por primera vez una final mundialista, después de vencer tras dos prórrogas, en un partido extenuante, intenso, frenético y desperdiciado por el equipo de César Argilés en un nefasto tramo final de la segunda parte.

España fue absolutamente superior en el primer periodo, pero fue arrastrado por un equipo croata incansable, con fe ciega en la victoria y en alcanzar, con una plantilla ahora renovada, su segunda final importante tras la ganada en Atlanta 96 desde que emergiera como nación en 1995.

NUNCA INFERIORES

Pese a la derrota, la tristeza y la sensación de que España no fue inferior, hubo un héroe que merece un homenaje: el catalán Enric Masip.

Si el vitoriano Iker Romero metió a España en la primera prórroga a 4 segundos del bocinazo, con un tanto épico al lanzar un obús a la salida de un golpe franco, Masip arrastró a los suyos en las prolongaciones al tiempo reglamentado. Lanzó, se la jugó y metió a España en la segunda prórroga, pero con un solo hombre en la pelea resulta imposible ganar.

Los croatas, que manejan los partidos y las situaciones hasta el límite, y pese a la asfixia, tras 80 minutos de juego, controlaron las acciones en el tramo decisivo y no les temblaron las muñecas para acabar con su adversario.

España jugará hoy frente a Francia, el partido por el tercer puesto. Una medalla de bronce que aún falta en el palmarés. Recuperar a sus hombres del descomunal esfuerzo físico y el golpe anímico será ahora su mayor preocupación.