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Libros

Francisco Solano Márquez escribe la memoria de Las Tendillas: "Han pasado a convertirse en el salón de Córdoba"

El libro divide la plaza en 11 capítulos que narran su cronología, reviven su legado y desmontan mitos populares

Francisco Solano Márquez posa con su libro 'La Plaza de Las Tendillas' en el Círculo de la Amistad.

Francisco Solano Márquez posa con su libro 'La Plaza de Las Tendillas' en el Círculo de la Amistad. / AJ González

Hugo Gallardo

Hugo Gallardo

Córdoba

Cuenta el periodista Francisco Solano Márquez (Montilla, 1944) en su libro La Plaza de las Tendillas editado por Almuzara, que un maletilla se subió a la cúpula del edificio de la Unión y el Fénix, en julio de 1966, amenazando con tirarse hasta que el empresario de la Plaza de Toros de Los Tejares no le diera una oportunidad. "La cosa no acabó en tragedia porque los bomberos y la policía lo bajaron de allí". También recuerda a personajes como Emilio Santos, un limpiabotas mudo que hablaba por los codos y que adornaba su modesta bicicleta como si fuera una carroza; a Pablito el de los piñones, que se sentaba en la calle de La Plata, o el pianillo de La coja, una mujer que amenizaba la hora del aperitivo tocando chotis y pasodobles. "Ese tintineo que alegraba y formaba parte de la banda sonora de la plaza, desapareció", explica en Diario CÓRDOBA.

Este martes, Solano ha presentado en el Círculo de la Amistad un recorrido por la historia de la icónica plaza cordobesa, desde su origen medieval como una irregular plazoleta rodeada de humildes “tendillas” —las pequeñas tiendas que le dieron nombre— hasta que se transformó en el corazón de la Córdoba moderna, "gracias a la visión de un alcalde providencial como José Cruz Conde". Tras el último "lifting facial" de la plaza, que desterró el tráfico, "ha pasado a convertirse en el salón de Córdoba", define Solano, "acogiendo desde los ascensos del Córdoba CF hasta procesiones, conciertos o manifestaciones".

Es un libro nutrido de vivencias propias, como la del maletilla, pero también del Archivo Municipal, los testimonios de cordobeses y la hemeroteca de los periódicos, "que, a diferencia de los libros de historia, tienen la virtud de la frescura, al escribirse de un día para otro", esgrime el veterano periodista.

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Francisco Solano Márquez y Antonio Cuesta, director editorial de Almuzara. / AJ González

El libro divide la plaza en 11 capítulos y más de 300 páginas que narran su cronología, reviven su legado y desmontan mitos como el que se instaló en la sociedad cordobesa al creerse que Mateo Inurria se inspiró en Lagartijo para esculpir el rostro del Gran Capitán. En el libro, que también es ilustrado, se enfrentan las fotos de las dos cabezas: "Basta con observarlas para darse cuenta de que es totalmente falso", resuelve. Otras leyendas más controvertidas, como la del lago subterráneo navegable, mantienen la incógnita, exponiéndose en el libro las opiniones a favor y en contra: "Cuando Las Tendillas se remodelaron a finales del siglo 20, se levantó todo el pavimento y se engrasaron canalizaciones subterráneas, quizás hubiese sido el momento de comprobarlo, pero no se hizo y sigue quedando en el aire".

Una plaza poliédrica

Un lujoso Hotel Suizo ubicado en mitad de lo que hoy es la plaza tuvo que morir en 1924 para que nacieran Las Tendillas. La crónica de Solano, publicada en 2025, es precisamente un homenaje al "centenario de la partida de nacimiento de la plaza", explica su autor. En julio de 1925 se dio luz verde al proyecto de reforma y ampliación que "convirtió una plazuela en una gran plaza", subraya. En principio se iba a derribar solo la mitad del hotel, para que se pudiese abrir un corredor entre el tramo superior de Claudio Marcelo y Gondomar, pero finalmente —"con acierto y con visión"— se derribó por completo. "Perdimos un hotel de lujo, pero permitió que la plaza tuviese las dimensiones y las proporciones de hoy".

Para Solano la diversión de escribirle a Las Tendillas reside en sus "muchas caras", un poliedrismo arquitectónico —debido a la armonía que rompe el Edificio Creusa, llamado así por el rótulo de una antigua compañía de crédito— e intangible. "Están Las Tendillas de los madrugadores y las furgonetas de reparto, las del aperitivo del mediodía, las de la tarde festiva y las del silencio de medianoche".

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Público asistente a la presentación del libro de Francisco Solano sobre Las Tendillas. / AJ González

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