Entrevista | Antonio Ruz Coreógrafo y director del Centro Coreográfico La Normal de Córdoba

«En las instituciones hay miedo a programar danza, creen que no llena los teatros, que no se entiende»

El artista cordobés asegura que el compromiso para abrir el centro sigue intacto mientras sigue con sus proyectos.

Antonio Ruz.

Antonio Ruz. / A. J. GONZÁLEZ

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Córdoba

-El próximo lunes, la compañía de danza de Antonio Ruz presentará en la plaza de Andalucía de Palma del Río su último espectáculo. Háblenos de ‘Solaz’.

-Solaz es una pieza que nos encargó el Matadero de Madrid el año pasado y que me pareció interesante presentar en Córdoba mezclando parte del elenco de nuestra compañía con bailarines del Conservatorio. Esta pieza no tiene una narrativa ni una dramaturgia, es una celebración colectiva del cuerpo y del baile, no solo de la danza contemporánea, también del baile urbano. Por eso, la hacemos en espacios no convencionales, con música en directo, con el público sentado en cuatro bandas sentado y de pie. La palabra Solaz alude a lo divertido, lo creativo, lo lúdico, ese es el punto de partida de este espectáculo que tiene muchísimo de improvisación. Casi el 80% son movimientos que es creación en vivo de los intérpretes a partir de unas pautas musicales y espaciales y luego tiene otra parte que es más coreográfica, con una serie de frases que cada bailarín ha ido creando y que yo he ido amoldando. Lo bonito de Solaz es que culmina con el público bailando con todos los bailarines. Eso es lo que ocurrió en Diputación y lo que esperamos que pase en la Feria de Palma.

-Quien vaya asistirá a una fiesta.  

Exacto. Con todo lo que estamos viviendo, este tipo de proyectos que son efímeros y festivos permiten al público ver la danza como algo muy cercano, sin esa cuarta pared, ven a los bailarines muy cerca disfrutar, sudar. Es un tipo de proyecto que llevo tiempo haciendo aunque este es el más grande, con 17 bailarines. 

Un momento de 'Solaz' durante su presentación en el patio blanco de la Diputación de Córdoba.

Un momento de 'Solaz' durante su presentación en el patio blanco de la Diputación de Córdoba. / CÓRDOBA

-¿Selecciona a bailarines distintos para cada pieza de su compañía?

-Sí, hay un grupo de intérpretes que colaboran con la compañía desde hace años y otros entran según el proyecto, por la temática de la obra, por las características del intérprete, por su fisionomía, su creatividad, por lo que sea. En este proyecto, está Kino Luque, un bailarín cordobés de la Rambla que está haciendo su carrera en Alemania. Estuvo con nosotros en Matadero y estará en Palma. Voy probando, conociéndonos, porque los proyectos pasan mucho tiempo en el estudio y es muy interesante conocer a cada intérprete e ir creando esa familia. 

-La Feria de Palma lleva unos años poniendo el foco en la danza. ¿Cree que vive un buen momento en España y en Andalucía?

-Hace falta más, hay mucho miedo en las instituciones a la hora de programar danza, muchos prejuicios, aún se piensa que la danza no llena los teatros, que no se entiende... Hay que hacer un esfuerzo compartido para poner a la danza donde se merece, no podemos hacerlo solo los artistas y las compañías si en el otro lado no se hace. 

-Usted tiene ya una trayectoria de prestigio internacional, es Premio Nacional de Danza. ¿Eso abre muchas puertas?

-Por un lado, me siento un privilegiado porque me dedico en cuerpo y alma a lo que más amo, a la danza, el cuerpo, la música. Me levanto cada día y me dedico a una actividad como coreógrafo, como creador, director, profesor y empresario, que eso esotro trabajo. Me siento afortunado por lo que estoy consiguiendo, al final se trata de crecer y no quedarte estancado. Pero luego está esa falsa creencia de que los que tenemos cierta edad o madurez, experiencia nacional e internacional, ya hemos llegado a una cima en la que nos regalan las cosas y todo nos cae del cielo. Eso no es real. El Premio Nacional te abre puertas, ahora me cuesta menos que antes cuando levanto el teléfono y ofrezco un proyecto o pido una colaboración, pero levantar una obra con una compañía independiente es siempre una hazaña. De ahí la idea de crear La Normal, que tiene que ver con esa idea de crecer, de apoyar a otros creadores jóvenes a encontrarse con otros artistas. Creo que a la gente emergente hay que apoyarla, pero también hay que seguir programando a los que estamos ahí. No se puede poner a todo el mundo en el mismo saco, a nivel de subvenciones y ayudas, a los que empiezan y a los que tenemos una trayectoria.

-¿Echa de menos pisar los escenarios o prefiere estar al otro lado como director? 

-Yo llevo ya mucho tiempo sin bailar, sin estar en el escenario. Para mí las piezas son el resultado de un diálogo con los intérpretes en el estudio, yo soy el que dirige la orquesta, aunque me gusta pensar que las piezas son resultado de una colaboración, de compartir ideas, movimientos... Trabajo con bailarines que son también coreógrafos, creativos y de ahí salen piezas muy influenciadas por los intérpretes. Yo me quedo en ese lado de dirección.

Antonio Ruz.

Antonio Ruz. / A. J. GONZÁLEZ

-¿Cómo va la obra del centro coreográfico La Normal?

-Hemos tenido recientemente una reunión en la que hemos visto que el compromiso del Ayuntamiento de Córdoba que nos ofreció el sótano de La Normal sigue intacto e incluso se ha reforzado. Es un proceso administrativo lento, pero me he quedado bastante contento porque no está parado. La cesión del espacio ya la tenemos y ahora se está trabajando en solucionar el tema jurídico y administrativo para acondicionar el espacio porque no hablamos de una escuela y yo prefiero que cuando se nos entregue todo esté perfecto a que las cosas se hagan a la carrera mal. Después de un año de actividades, posicionándonos en Córdoba, la Diputación, Cajasur se han sumado al proyecto, estamos colaborando con el C3A y gracias a eso celebramos el Día Internacional de la Danza. Estamos haciendo muchas cosas sin espacio y cuando lo tengamos habrá muchas más. Cuando estoy en cualquier foro de danza, dentro y fuera de España, se habla de la maravilla que se está haciendo en Córdoba, que es una pasada que la ciudad esté apoyando una iniciativa tan necesaria como esta en Andalucía. Por eso, creo que el objetivo se está cumpliendo. 

-¿Maneja algún plazo para la puesta en marcha del centro?

-No, no lo voy a decir porque ya se dijo y no pasó. Como equipo, es mejor que no pongamos plazos y que sigamos trabajando para seguir llegando a más gente y hacer cada vez más cosas en Córdoba y desde Córdoba porque este es un proyecto de muy larga duración. Ni en Córdoba ni en Andalucía hay ejemplos de un centro coreográfico como el nuestro, que repito no es una escuela aunque habrá educación, pedagogía y formación. Pero también habrá residencias creativas, investigación, exhibición, pensamiento gracias a los profesionales que vendrán a hablar y a debatir sobre los retos de la danza. Yo me siento orgulloso y con los pies en la tierra.

-¿Cómo se presenta la próxima temporada?

-Nosotros no estamos parados y tenemos un otoño lleno de actividades. Volveremos a hacer Rampa, el ciclo formativo de talleres intensivos, haremos una muestra de Manuel Rodríguez en el C3A, tendremos las residencias de otoño. También es posible que haya alguna colaboración con algún festival ya existente en Córdoba. La Normal es un proyecto muy transversal que irá refinándose y adaptándose a los tiempos, pero empieza a tener identidad y siento que la gente de Córdoba está abrazando lo que hacemos.

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